sábado, 20 de junio de 2020
Eso que llamamos locura
imagen desde https://rtvc-assets-radionacional-v2.s3.amazonaws.com
Hace algún tiempo escribí unas letras sobre la preocupante situación de las enfermedades mentales en Chile, el hecho es que si miramos algunos indicadores sobre este tema, se concluye que tenemos problemas serios.
Hoy en el lapsus para la reflexión que me permite la pandemia que nos azota, he estado dando una vuelta más al tema de nuestra estabilidad mental, tengo la sospecha que hay razones fundamentales, y muy especiales por nuestra condición país, para que nuestro cerebro tienda a escaparse de la realidad y nos informe a cambio una realidad paralela, y con ello, la locura esta a la vuelta de la esquina.
En el caso chileno esa casi inexistencia que llamamos covid-19 nos está diezmando, y aquí esperamos, nerviosos, agitados, algo angustiados dentro de las murallas de nuestras casa, una situación que es muy similar a estar atrincherado al interior del muro de una ciudad antigua, es decir subido a esas defensas que nos permitía mirar todos los días como el enemigo acampaba allá abajo afilando sus machetes, y no era para cortarse las uñas. Me imagino que en ese encierro se incrementaban a full los problemas de salud mental.
Somos una isla, y nos miramos el ombligo desde hace unos siglos cuando decidimos que nos llamaríamos Chile. Siempre se nos enseñó que estamos protegidos por el mar, la cordillera y el desierto, una condición natural de autarquía que nos protegía de las plagas y otros efectos indeseables, pero eso también significa que vivimos en una permanente exclusión de los centros mundiales y de las rutas comerciales, sin contacto con otros diferentes, y además parece que entre unos y otros somos todos primos, pocos inmigrantes han llegado hasta este reducto, es decir somos una familia que se mira las caras todos los días.
Una de las historias que me recordó lo complejo de este asunto es el caso de la Isla de Pascua cerca del siglo XVIII, hubo allí una guerra civil producto de conflictos políticos, pero probablemente influyó en la explosión fratricida el hecho que estaban condenados a compartir un espacio pequeño y con pocos recursos, por estos días he escuchado que ese tema, compartir un espacio pequeño , el encierro , trae problemas al interior de las familias, https://www.inmodiario.com/182/28876/problemas-convivencia-durante-cuarentena-m-persona-deberian-ser-suficientes.html, esto me recordó la situación nacional.
Si juntamos en un puré lo siguiente: aislados por siglos, con pocos recursos, todos más o menos parientes, y además conflictivos por naturaleza, adivine Ud. que tenemos, eso, un plato fuerte con todos los síntomas que detectamos en la vida nacional, si agregamos ahora la pandemia y los conflictos económicos-sociales anteriores, pienso que somos candidatos a escaparnos a una realidad paralela, y seguros clientes para algunas eminencias en la siquiatría que debería atendernos como colectivo, estimo que deberían tener la deferencia de hacer un precio especial por país.
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