A veces, y digo a veces porque se está transformando en un hecho poco frecuente, conversamos con mis hijos en forma profunda y reflexionamos sobre el país del cual somos parte, y entre otros temas, salta la pregunta ¿que nos hace buenos?
Veamos, si creemos que somos parte de la buena estadística de Latinoamérica en muchos aspectos, podría decirse que “la llevamos “en algunas materias importantes, por ejemplo: “pensar”. Esta característica se puede ver los indicadores de I+D, es decir, tendríamos una masa de gente pensante y otras gentes dispuestas a llevar las ideas de esas gentes pensantes, a su más completo desarrollo y en forma inteligente, las cifras en estas materias nos desmienten de inmediato, en realidad es todo lo contrario, pensamos poco, somos compradores de pensamientos en todos los ámbitos
Siguiendo posibles pistas que nos evidencien aquello que nos hace liderar o al menos tener una voz destacada en el corito latinoamericano, podemos decir que somos poco chacoteros, esto debe ser por el clima, en el norte muy seco y caluroso y bastante frio y lluvioso en el sur, ambos medioambientes podrían ser un desincentivo para estar en fiesta permanente, consecuente con ello, es mejor agachar la cabeza y trabajar y trabajar, y es lo que hacemos, pero parece que hacemos muchos “break” en la jornada, porque la productividad es bastante baja a la hora de evaluar lo que producimos.
Buscando otra de las características que a veces destacan en las estadísticas, la seguridad en las ciudades, a mi me parece que es así, somos en esencia un pueblo pacífico y amable en cuanto a la agresión contra la vida, a pesar de lo amarillista de la televisión chilena, un extranjero que vea televisión aquí una semana podría pensar que esto es Iraq. El nódulo maligno en ese estado contemplativo y pacifico es el robo, parece ser que tenemos un máster en ese tipo de accionar porque aún cuando nos roban todos los días, seguimos en ese estado contemplativo, sin cambiar leyes ni tomar medidas serias, es una suerte de discapacidad social.
En otro enfoque sobre lo mismo, parece que somos buenos en la solidaridad, ayudamos a calmar las desdichas de otros, vamos en su ayuda, colaboramos en forma entusiasta en las buenas causas, sólo que a veces se nos pasa la mano, el Estado tiene hoy día una interminable lista de subsidios y ayudas muy bien acogidas y aceptadas por todos nosotros, el problema es que al final cuando en vez de cobre ( bendito sea) tengamos un territorio como el de los perrillos de las praderas, llenos de hoyos , entonces deberá pagar Moya, el mismo señor que terminara pagando las otras deudas.
Una vez escuché a unas estudiantes mexicanas expresar lo limpia que eran nuestras ciudades, unas ciudades en las cuales resalta una preocupación por el orden y la limpieza, confieso que casi me lo creí, y por un momento parece que las botellas, los restos de poda, los pañales desechables , los restos de comida , las bolsa nylon y otros invitados se hicieron transparentes, pero rápidamente volvieron a esta dimensión con su nauseabunda presencia, me parece que no, no es un rasgo que nos distinga la limpieza de nuestras ciudades.
Mosca que vino de internet
Al fin, hay una amplia gama de cosas en las que si somos buenos, nuestra tecnología constructiva es envidiable, nuestra preocupación por la salud y la nutrición, nuestra incorruptible policía, la labor sacrificada y voluntariosa de los bomberos etc., etc. Las cosas que debemos cambiar son muchas, y estamos en buen pie para hacerlo, solo falta que alguien, una mente clara y creíble las diga en forma categórica, con fuerza, convicción y con un buen plan para que entre todos las arreglemos, ante la falta de dicho “mesías” yo lo digo desde la comodidad de mi escritorio y en este blog, como la mosca arriba del buey,... nos falta todo ese potrero que arar...
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