lunes, 18 de noviembre de 2019
¿Cómo salimos de esta?
Por estos días nos encontramos en pleno conflicto social en Chile, la protesta ha estallado y se ha generalizado, un número importante de personas de todos los estamentos de la sociedad protestan en la calles, algunos como representantes de los sin voz, otros en grupos y colectivos identificables, otros en su calidad de funcionarios públicos y una buena parte como hijos de vecino. Lo hacen en forma masiva y ruidosa, en la mancha humana se pueden ver letreros y pancartas que expresan el rechazo y el reclamo a todo tipo de organizaciones, prácticas, estructuras, agentes y en general, contra el sistema, en muchos casos la protesta es violenta, de confrontación.
El conflicto social es parte de la historia de Chile, ha estado aquí y seguirá, en el recuerdo de mi generación - de los últimos 30 años - la sociedad chilena ha ido acumulando una enorme cantidad de conflictos no resueltos ( nuestros conflictos y de los cuales somos víctimas y victimarios), conflictos que se van incorporando a una especie de cuarto de los lamentos, allí, muchos de ellos pasan a la categoría de “crónicos”, al igual que las enfermedades pareciera que carecen de solución, al menos hasta donde las "voluntades", los recursos y las capacidades pueden llegar.
Se ve difícil el futuro, el horizonte está lleno de incertidumbre y los escenarios están agitados por fuerzas de todo origen, magnitud y orientación, alguna de esas fuerzas que agitan los vientos son claramente anarquistas, otras genuinamente ciudadanas, otras de reacción a problemas puntuales, problemas que afectan o afectaron a seres queridos cercanos, también las hay, como no, políticas - ideológicas, en fin, el ambiente esta enrarecido.
En este ambiente, que es también de crispación, violencia, mutilación y muerte las palabras duelen, pero nadie puede escuchar las palabras de dolor que vuelan por ahí, en el ruido de fondo se repiten hasta el cansancio las consignas, las sirenas y los gritos de todo tipo, es un ambiente surrealista. Los agentes del estado con bastante torpeza y mala preparación pretenden contener las muchedumbres, pero el resultado es más y más destrucción, daños y fatalidad, mientras tanto la ciudad se cierra como un gigantesco armadillo.
Muchos piensan que esto se veía venir, en especial quienes se dan un tiempo para pensar y darle vuelta a los asuntos nacionales, en todo momento se pudo individualizar uno de los monstruos, el abuso, en este blog el abuso se vienen denunciando desde hace rato,
http://ayudandoaconstruirchile.blogspot.com/2011/10/enfermos-mentales.html
http://ayudandoaconstruirchile.blogspot.com/2015/01/abuso-social.html , http://ayudandoaconstruirchile.blogspot.com/2018/04/por-que-creamos-ambientes-urbanos.html , http://ayudandoaconstruirchile.blogspot.com/2018/02/solo-queremos-justicia.html
es muy claro que no había que ser profeta, sólo era cosa de esperar el cansancio, muchas de las prácticas políticas, económicas y sociales que ocurren en el país son percibidas como martillazos en la cabeza por los ciudadanos.
Lo anterior sugiere al olfato, que buena parte de la crisis tiene que ver con el colapso de los valores humanos, al menos en las situaciones abusivas, quien pueda saltar o soslayar sin costos inmediatos los valores humanos más básicos y entregarse a prácticas oscuras, manejos, aprovechamiento y utilización de sus semejantes en alguna dimensión y escala, lo hará.
¿Qué hacer?, en especial podemos preguntar , ¿qué hacer cuando todo está en cuestionamiento?, no solo la clase política lo está, todo lo está, el panorama es sombrío, pero según lo que señala un destacado intelectual catalán (M. Castell en conferencia en el CEP) , esto es un fenómeno global, un rebalse que encontramos por todos lados, y que en tal caso, si nos hundimos en Chile, en realidad nos hundimos con todo el mundo, con ello hay un llamado a actualizarnos o a desaparecer, y en el caso chileno, hay que tener además la claridad que en materia de separación entre gobiernos y gobernados, no somos la excepción.
Desde mi óptica y calmadas mis propias convulsiones internas, pienso que el camino de aquietamiento podría ir por el acuerdo social, por un nuevo contrato o pacto, una propuesta que tiempo atrás preguntaba en este mismo blog, ¿por qué no se trabajaba en ello?, lo decía cuando sentía que en el ambiente nacional estábamos como pollo sin cabeza. http://ayudandoaconstruirchile.blogspot.com/2018/12/como-pollo-sin-cabeza.html.
Son muchas las variables que un acuerdo social implica, como todo acuerdo, lo suscriben quienes representan algo, quienes tienen la confianza de otros, pero cuando ese representante o esos representantes no están o son falsos, todo el asunto no es más que una intentona fallida, un entramado de humo. Mi preocupación es que al parecer no tenemos interlocutores válidos en el actual escenario, hay una crisis de confianza generalizada, nadie se salva, pero además, y para empeorar las cosas se detectan actores de roles por todas partes, personajes que quieren hacerse pasar por los dueños de las demandas, son parte de las legiones de vendedores de pomada.
http://ayudandoaconstruirchile.blogspot.com/2017/11/legiones-de-vendedores-de-pomada.html
En síntesis, estimo que el país tiene problemas estructurales muy serios, y con un sentido de responsabilidad habrá que abordarlos, y en eso tenemos mucho que aportar todos nosotros/as, pero también, y más preocupante, hay una pérdida de valores fundamentales en la sociedad, se ha olvidado en todos los segmentos el …“no hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti “, esto es muy duro y triste, y en mi caso, no sé cómo se resuelve. Quizás apuntando a amplios acuerdos sociales, en que se estipule muy bien las responsabilidades y las contribuciones de cada uno,y de esa forma, al tomar conciencia del rol de cada cual, tengamos alguna posibilidad de hacerle un “dribling” a un futuro que parece incierto.
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