miércoles, 29 de enero de 2020

La fuga del pensar




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A propósito de un negocio que me comentaba un familiar mío recordé un breve escrito que leí hace ya algunos años, la lucidez de las ideas que descubrí en la contratapa de una revista de arquitectura me hizo repensar cosas, cosas de mi mundo, con el tiempo esas ideas se transformaron en herramientas para autoevaluarme en determinadas situaciones.

Haciendo un fuerte énfasis que hay valores, intereses y ejemplos de vida admirables en las generaciones que hoy conviven conmigo, pienso sin embargo que hay algunas prácticas preocupantes a causa de las cuales la pasamos mal, el tema dice relación con la forma en que pensamos, en cómo enfrentamos intelectualmente determinadas situaciones.

Lo que recordé trata de una mirada crítica que denuncia lo que el mismo título del escrito define como la fuga del pensar, lo plantea el filósofo Martín Heidegger en el artículo de marras, según su lógica hay dos tipos de pensamientos, el calculador y el reflexivo, en la crítica del filosofo el pensamiento calculador está alejando al pensamiento reflexivo, esto significa que el pensamiento que implica inmediatez, computo de ganancia, pérdida y resultados inmediatos se está estableciendo sin competencia por sobre el otro que piensa en un horizonte mayor y con mejor visualización de variables y serenidad. En mi aporte sobre esto, estimo que esa carencia de pensamiento profundo es destructivo y lleva a problemas, en el caso del colectivo que llamamos Chile ese alejamiento nos lleva a depender siempre de otras ofertas externas, de otros paradigmas, de otras visiones, así las cosas somos como un barco sin timón, nos arrastran.

Por ejemplo, una derivada del pensamiento calculador en su dirección destructiva es la rápida desmotivación de quienes logran imaginar algo en esa forma e inician acciones o empresas, luego de un breve vuelo se caen destruyéndose ellos y otros, en otras palabras, implica inicios rápidos (el llamado a tontas y locas) que parecen bengalas que luego de un corto tiempo de vuelo se van al suelo, con ello se cae en la desmotivación, la fatiga y a pérdidas que suelen ser bastante destructivas. Normalmente se culpa a entorno, al país, a medio mundo, nosotros incluidos, ese hecho se transmite a otros y a otros en forma viral desarrollándose en la comunidad una sensación de ambientes saturados de augurios fatales.

Pienso que el fuego interno, esa fuerza que nos mantiene en pie y nos alienta la auto-motivación y perseverancia en cualquier empresa es producto de ambos pensamientos pero tiene mucho de pensamiento reflexivo, porque este mira más allá del horizonte cercano y las circunstancias que nos rodean y combaten, nos hace actuar más serena y responsablemente sin auto- engañarnos, en ese contexto, la ponderación, la autovaloración, el respeto, el servicio a otros y un sinfín de otras virtudes que nos entrega la práctica de ese pensamiento , como lo señalaba Heidegger , se está perdiendo.

Me parece que en esta misma línea de ideas se puede colocar el creciente aumento de la corrupción en el país, hemos sabido de colusión y apropiaciones indebidas de gente que parecía bastante normal , pero su pensamiento calculador probablemente los llevó a tomar contacto con otros de su entorno para acelerar beneficios que se veían lejanos en el horizonte, o simplemente no se veían, cayeron en esa trampa gente que se supone más preparada, más educada y en algunos casos, gente que juró actuar lealmente, por lo tanto no es un problema de educación ni cultura, es probablemente un problema asociado a pensamientos y valores.

En otro escenario pero sobre las mismas ideas , me está convenciendo una situación algo oscura, estoy sospechando que siempre somos pensados, difícilmente pensamos, o mejor dicho, pensamos lo que otros desean que pensemos, porque al fin y al cabo el pensamiento reflexivo que practican algunos intelectuales de otros lares es más potente que el pensamiento calculador local. En mi caso es bastante incómoda la situación porque me siento algo así como una hormiga que sigue el camino que le han trazado, si me salgo de él, me caigo a los mismos infiernos, y si trato de volver hacia atrás, alguien ya borro el camino, toda la escena ya fue pensada.

Concluyendo, en este texto no pretendo hacer de gurú o algo similar, lo que buscan estas ideas es que quienes las lean puedan entrar a evaluarlas y si le hace bien, mejor, necesitamos poner paños fríos a muchas situaciones en el Chile que vivimos, pienso que es bueno echar a andar el pensamiento reflexivo de vez en cuando (acompañado de un buen vino) y con ello tomar las mejores decisiones, en algún porcentaje esas decisiones afectarán la vida de nuestros compatriotas en los próximos años.


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