miércoles, 28 de septiembre de 2011

TRANSANTIAGO, UNA SOBERBIA DISCIPLINARIA

Probablemente todos estarán de acuerdo que el tema TranSantiago es uno de los errores más caros que ha cometido el Estado, juntos tal vez con cierta venta de cobre a futuro ya casi olvidada.

Los datos duros indican altos niveles de rechazo 63,5% según cifra 2009 de Adimark , es decir lo que pareciera iba a ser un salto cuántico en el transporte público de la capital chilena, resulta en un elefante blanco que requiere dosis de recursos monstruosos para un país como Chile.
Algunas cifras son impactantes, se estima que la inversión pública hasta mediados del 2010 alcanzaba la friolera de 6 mil millones de dólares, una cifra cercana a las utilidades de Codelco en su mejor nivel de rendimiento y rentabilidad sumado en tres años.

El gasto en parchar y dar salida al funcionamiento del sistema después de los diagnósticos respectivos, se estima en unos 670 millones de dólares, además de otros gigantescos gastos por administración del complejo sistema.

Se ha dicho mucho del TranSantiago, lo que me sorprende es que existan los recursos para mantenerlo, amén de los préstamos internacionales, sin embargo el sistema está allí, lo que indica una capacidad de resiliencia del país bastante alta, no hay que olvidar que este gasto extremo en la capital, implicó que las regiones deban ser “compensadas” para equiparar el gasto público.

Mi visión del tema es que el transporte público en el país es una chacra, un desorden que debe costar muchos millones de dólares más que el TranSantiago, entre otros aspectos por exceso de oferta, por el tipo de oferta, por el gasto en combustible y por la sobre-exigencia de la precaria vialidad existente. Basta ver en cualquier ciudad del país un verdadero caudal de colectivos con uno o dos pasajeros colapsando las vías urbanas , pero el transporte público tradicional también contribuye con su cuota, en provincias donde no hay TranSantiago, se debe agregar vehículos de baja capacidad, ruidosos, hediondos e incómodos y en muchos casos, de bastante antigüedad.

autos colectivos ¿exceso?

El Ministerio de Transporte, la autoridad competente, quien está encargada del transporte urbano, tiene equipos especializados, equipos técnicos responsables como el SECTRA, que estudian los comportamientos del transporte público en las ciudades, planifican, y determinan tanto la gestión como la puesta en marcha de nuevos sistemas como el TranSantiago. Después del fracaso de este sistema y de otros regionales sin mayor publicidad, cualquiera mente algo lúcida podría pensar que a raíz de lo ocurrido, este ministerio y sus dependencias deberían pasar por una revisión profunda y tal vez, una renuncia colectiva para ver el transporte público con una nueva mirada, una suerte de exorcismo..

Mi impresión es que los sistemas implementados fallan porque no se conoce la ciudad, no se conoce el territorio más allá de unos indicadores que normalmente están incompletos o claramente no sirven. Tampoco me compro la metodología, algunos sistemas de modelado de transporte público utilizan información incompleta, caricaturizada o simplemente falsa para imaginar la ciudad futura. Un ejemplo de esto es la información de los cuestionados planes reguladores comunales e inter-comunales, instrumentos que no cuentan con información dinámica y cuyos datos prospectivos normalmente no tienen nada que ver con la ciudad real.

Algo me dice, tal vez mi formación en ciertas áreas del urbanismo, que falta una autoridad del transporte, pero no en la forma que estamos acostumbrados a verlo en Chile, no algo sectorial, sino un ente multidisciplinario pluri- sectorial que pueda ver no solo los indicadores de la generación, distribución y capacidad de las vías, partición modal, y asignación , sino que sea capaz de analizar otras variables de ciudad, variables urbanas de tipo morfológica, sociológicas y económicas entre otros, que tenga competencias rectoras de planificación, coordinación y que conozca con cierta profundidad la cuestión socio física del territorio, pero que además pueda sociabilizar, y abrir canales de participación ciudadana, la gran deuda de todo este tinglado. Sería bueno en definitiva que se comprenda el tema de la movilidad desde un enfoque más urbanístico que el de la ingeniería de transporte, por cuanto la movilidad es en realidad una extensa trama de conceptos, variables y comportamientos propios de cada ciudad.

El TranSantiago es una dura muestra para un país como Chile que la soberbia de algunos técnicos, nos puede llevar a dar soluciones que no son y más encima para un problema diferente, algo así como encontrar de noche en una pieza oscura un gato negro que está en otra parte.

domingo, 25 de septiembre de 2011

DE QUE VIVIENDA ESTAMOS HABLANDO

Este tema me apasiona, la vivienda, específicamente la vivienda social. Chile ha tenido desde muy temprana en su vida republicana un interés especial por dotar de viviendas a su población, un ejemplo de esa preocupación temprana fue la Ley de Habitaciones Obreras de 1906. Sin duda el Estado Chileno ha sido un impulsor notable de programas sociales orientados a entregar viviendas a los sectores de menos recursos de la sociedad, creo que es una actitud virtuosa de quienes a través de la historia han tomado esta tarea y la han llevado adelante, logrando con ello que muchas familias tengan unos espacios a los que puedan llamar “mi casa”.

Durante los últimos veinticinco años, la construcción de viviendas sociales se ha ido incrementando en forma acelerada a través de diversos mecanismos, incentivos y subsidios, buscando como objetivo de fondo acabar con un déficit habitacional que parece incrementarse siempre. En síntesis cada política, estrategia o acción, está orientada a producir con mayor eficiencia y eficacia vivienda que requieren aquellos sectores que no pueden por sus propios medio acceder al mercado inmobiliario privado, de esa manera y como ejemplo, se paso de 22.000 viviendas en 1982 a 142.000 en el año 1997 (Rodríguez Sugranyes 2005), viviendas que se emplazaron en áreas urbanas, preferentemente periféricas y en baja densidad.

Dada la historia que tiene el Estado en materia de dotación de viviendas sociales, podríamos pensar razonablemente que evolucionamos hacia mejores productos y mejores impactos en las ciudades, pero esto no es así, lamentablemente por la información que se dispone se evidencia que involucionamos, tanto en la operatoria de dotar vivienda como en las estrategias, calidad y conceptos involucrados.
El impacto que las viviendas denominadas “sociales”, tienen sobre la superficie total construida de las ciudades chilenas es importante, se trata de una forma de construir ciudad que finalmente viene a definir el perfil de vastas zonas urbanas.

Resulta muy importante para muchas familias de escasos recursos alcanzar una vivienda social de unos 45 m2 en promedio, y podríamos entrar fácilmente en una actitud autocomplaciente viendo los números, y mirando los rostros felices de quienes reciben su vivienda de la autoridad competente de turno, pero con el tiempo han venido surgiendo criticas, críticas tanto al modelo de viviendas, como al modelo urbano, y que han venido de diversos sectores, entre ellos de investigadores de centros autónomos tipo ONG´s , como de centros universitarios como el caso del INVI de la Universidad de Chile, y aún, de estudios del propio Estado, los cuales han puesto en evidencia entre otros aspectos, la precariedad de la vivienda, su mala calidad y baja superficie, pero sobre todo han puesto al descubierto la estructura socio-urbana que genera. El diagnóstico ha evidenciado que los impactos socio-culturales se complejizan a partir de la segregación espacial como resultado obvio de aglomerar en extensas zonas periféricas toda la oferta de este tipo de viviendas.

A partir de la segregación espacial que ocurre por emplazamientos en la periferia de las ciudades o en áreas urbanas con altos niveles de deterioro, y donde el suelo urbano es de menor costo, vienen a sucederse eventos que podríamos entender como una secuencia de eslabones más o menos como lo siguiente: La segregación como punto inicial, la guetización por la generación espontáneas de límites desde el exterior , la estigmatización por la identidad asociada y finalmente la discriminación de las personas de esos contextos.
A mi juicio este es un problema serio, tan serio es que mucho de los actuales y futuros problemas que afectan a la sociedad chilena en su conjunto, se ven violentados por el sentimiento de estigmatización y discriminación, en ese medio ambiente puede darse el caso que estar generando sin saberlo, un caldo de cultivo para que operen agentes siniestros de destrucción de la juventud vulnerable como el narcotráfico. Mirar entonces con detención el problema de la vivienda social, leer los muchos indicadores y trabajos de expertos en el tema, lleva a concluir que el mal manejo de la solución habitacional, ha dado las condiciones ambientales básicas para la generación de no uno, sino de varios azotes a las familias que viven en esos contextos.

Una primera pregunta que podría quedar sin respuesta es : ¿qué seriedad tienen las estrategias y bases teóricas con que se construye una política de vivienda social en el contexto actual del país? , en mi apreciación, estas políticas son inexistentes, no encuentros más que el resultado operativo de ciertas lógicas económicas, es decir, la vivienda resultante es un subproducto natural de disponibilidades presupuestarias versus demanda tabulada. Con esto se puede demostrar que en realidad no se construye una vivienda, se construye un contenedor donde acomodar la vida, la diferencia radica entre muchos otros alcances , que es imposible lograr arraigo o identidad en un contenedor.

Una segunda pregunta que sugiere el hecho de no ser un país con recursos suficientes para abordar este problema con soltura es ¿podemos seguir construyendo viviendas a partir de sistemas artesanales?, Los costos que se asumen por construcciones basados en sistemas artesanales tradicionales, a mi juicio son tan altos, que disminuyen notablemente las posibilidades de aumentar superficies en las viviendas y atrasan sus entregas.

Otra pregunta compleja es ¿podemos seguir construyendo en baja densidad?, el gasto de suelo urbano y la calidad del producto que se ha conseguido, amén de las extensiones en redes y vialidad hacen pensar que el camino seguido en la década del ochenta, no es recomendable en absoluto. Por otra parte, cuando se ha manejado la densidad media, ¿obedece esta a estudios reales del vivir en comunidad? ¿ se ha alcanzado algún progreso en esto?


Solución de vivienda social con muy bajo presupuesto que realicé para un municipio.

Siento que el marco de preguntas puede ser muy extenso, pero una última podría ser ¿es correcta la decisión de entregar viviendas gratuitas?, en el contexto de un país de recursos limitados, y demandas crecientes ¿ no genera esto una dependencia?, no fomenta esta actitud el Estado terreno fértil para el engaño y la ambición?. Me parece que romper con una tradición más que centenaria que cada chileno pague, aunque sea una mínima parte del costo de su vivienda, no es bueno, pagar, sentir que está adquiriendo un bien por muy bajo que sea su costo, hace sentir a las personas más empoderado, más exigentes y más responsable de su bien.
Mi reflexión no apunta puramente a la crítica y en concordancia con la filosofía de este blog, creo que hay algunas ideas que pueden plantearse conociendo el diagnóstico.

1.- Probablemente un primer error a enmendar sería no contar con un Instituto multidisciplinario de carácter estatal que estudie en profundidad soluciones vinculantes de viviendas, es decir, que se llegue a modelos referentes para la construcción de viviendas, y que analice entre otros, no sólo los problemas tecnológicos involucrados, sino que también los problemas sicológicos, sociológicos y sea capaz de monitorear lo que ocurre con las intervenciones, y eventualmente, y porque no, recomendar la demolición, a veces es mejor volver a empezar.

2.- Pienso que sería bueno plantear una política de reciclaje y recuperación contextual de las viviendas enfermas, de los barrios enfermos, de las aéreas urbanas enfermas. Se requiere una revolución en este sentido, trabajar con los pobladores. Planteo al menos tres intervenciones muy radicales:

a.- Reformulación del modelo, para quienes lo deseen en forma voluntaria, aglutinar en densidad media, con nuevos estándares y superficies las viviendas mal construidas y deterioradas de baja densidad, y ocupar los espacios residuales resultantes en equipamientos para esa comunidad, locales comerciales, equipamientos deportivos infraestructuras de uso social, espacio públicos.

b.- La vivienda definitiva en realidad no existe, las familias emigran a otros niveles sociales, disminuyen sus integrantes, cambian las condiciones laborales, en tal sentido debería haber siempre la posibilidad de acoger en nuevos conjuntos, la migración a mejores estándares, esta opción debería estar en forma permanente.

c.-Planificar y concordar mediante la participación, el manejo de la imagen de los conjunto, generando normas locales de ampliación, jardines, rejas, colores y usos alternativos, de modo de ir mejorando en forma armónica los conjuntos para que estos no entren en una curva de deterioro irreversible como ocurre hoy.

3.- La vivienda social no debe ser un “ artefacto para vivir”, en este sentido han aparecido soluciones de viviendas que buscan con los mismos recursos mayores superficies, mejores agrupamientos y posibilidades de ampliación , todo en complicadas ecuaciones morfológicas y espaciales, que desde la óptica de algunos especialistas en la que me incluyo está bien, pero visto desde la perspectiva de los usuarios y de la gente común, en realidad son artefactos para vivir, ellos no vienen a llenar la imagen de vivienda que las personas tienen, este es un viejo conflicto entre lo que piensan las elites intelectuales y la gente común. Me parece que seguir por ese camino, conducirá a una afiebrada apuesta por generar más y más artefactos extraños donde vivir, creo que hay que explorar en cambio, la industrialización y el aumento de recursos.

4.- La mancha que aparece invertebrada en las ciudades a escalas sobre 1 : 1000 y que está compuesta por miles de viviendas sociales, tanto por la intervención pública como también la intervención privada, necesita vertebras, espacios, equipamientos y lo que podríamos llamar “lugares”, esto permitiría entender que al ejecutar vivienda social, no sólo se está mirando la vivienda como un nicho seriado tipo cementerio donde acomodar en este caso la vida, si no que se está construyendo ciudad, es decir vivienda y espacios públicos con identidad y calidad.

sábado, 24 de septiembre de 2011

GOBIERNO LOCAL

Probablemente una forma eficaz de acelerar el desarrollo sea descentralizar, en este ámbito resulta admirable el trabajo de CORBIOBIO en la Región del Bio Bio , quien se ha destacado por sus constantes esfuerzos en favor de la descentralización, tengo una grata impresión de su presidente y fundador, Don Claudio Lapostol.

La descentralización también tiene detractores, y algunos argumentos no son menores, se dice que un poder centralizado puede manejar mejor los recursos situándolos donde son más necesarios desde una visión perspectivada y de totalidad, otro argumento recurrente pero en la misma lógica es que la dispersión del poder puede llevar a la fragmentación en la toma de decisiones aumentando de paso la burocracia.
Pero el argumento más fuerte que he escuchado en contra de la descentralización, tal vez sea la pérdida de los objetivos marcos, lo grandes objetivos de un país. Un argumento no menor en países pequeños en que los recursos además son bastante escasos.

Probablemente Chile sea un buen ejemplo que la centralización permite tener un país cohesionado, ordenado y con políticas comunes a todo al territorio, y en cierta medida con una autoridad fuerte, otro de los argumentos contra la descentralización. Pero no se puede negar que en este esquema Santiago es un hoyo negro que se lo lleva todo y lo consume todo.

A mi juicio en estas materias se deben buscar los equilibrios, es evidente que hay sectores que no pueden ser descentralizados por la naturaleza de sus competencias, por otra parte, parece sensato que para descentralizar se requiera una buena dosis de madurez ciudadana, y sobre todo que existan recursos un poco más allá de los críticos para funcionar, pero me parece que descentralizar es una buena vía para focalizar mejor los recursos y lograr mayores niveles de equidad.

Un país que no alcanza una gobernabilidad aceptable, más allá de lo mínimo, o que tiene bolsones de poco o nada presencia del Estado, a mi juicio resulta un sujeto complejo de descentralizar, como se señaló , se requiere cierta nivel de civilidad o madurez ciudadana en el contexto de una democracia real, y también el convencimiento de toda la ciudadanía de los beneficios de la vía democrática, eso significa en términos puros y duros, esperar a que un gobierno termine su período y no echarlo antes por la fuerza, de esta forma los procesos de descentralización no se transforman en caballitos de batallas para desestabilizar el gobierno nacional, aunque para ciertos sectores políticos pudiese ser esta una opción.

Una de las formas de avanzar en el proceso de descentralización real son los gobiernos locales, este concepto no es asimilable a lo que algunos argumentan como la municipalización, es un poco más complejo y si bien afecta el accionar municipal no se puede decir que sea focalizado en estas, porque los ámbitos sectoriales que involucra son de mayores competencias.
Un gobierno local es en cierta medida un gobierno autónomo, es decir, tiene cierto grado de libertad en la toma de decisiones, ello implica que hay un traspaso de poder de la autoridad central, y es ahí donde está el primer problema, un viejo dicho dice que el poder se quita o se gana, nunca se entrega.

Otro de los requisitos es su competencia territorial, es decir, requiere de cierto espacio donde aplicar la gestión, y ello dice relación con una zona del territorio nacional que tenga al menos una clara identidad, o que pueda ser entendida como una unidad territorial, situación que a veces no coincide con las unidades de tipo administrativa, sin embargo en el caso de Chile, este requisito podrían cumplirlo las regiones con algunos reparos.

Otro hecho importante es la elección de las autoridades, por cuanto la representatividad y sobre todo la legitimidad de la autoridad, viene a sustentar la aceptación de la gestión, este tipo de autoridad no tiene por ejemplo una relación con la represión, es una autoridad más cercana al concepto de gobernanza, o de gobiernos de alta participación. La participación podría señalarse como otra de las debilidades que puede detectarse en el caso Chileno, la cultura de la participación no es uno de los rasgos que nos identifique, ello porque podría verificarse en muchos casos, la existencia de una política de fachada que identifica la conocida escala de R. Hart, o peor aún, un simple decorado, o derechamente la manipulación para obtener ciertas aprobaciones. La legitimidad de la autoridad y la participación son ciertamente dos factores incidentes fuertes que considerar para instaurar gobiernos locales exitosos. Queda en evidencia en el caso chileno que se requieren pasos previos para superar debilidades presentes en estos factores, pero se pueden dar pasos concretos a través de otro tipo de gestión, por ejemplo la participación activa en ciertos ámbitos de la gestión sectorial, y diseñar y generar nuevas plataformas de información, esto último, resulta ser el insumo necesario para una participación real de los ciudadanos.

Finalmente el meollo del gobierno local radica en su capacidad de gestión, y es aquí donde aparece uno de los problemas más serios, la autonomía para el manejo de los recursos y la obtención de estos. Un gobierno local no sólo debería gastar sino que también y porqué no, generar recursos, lo primero no es más que una asignación presupuestaria que nunca alcanzará a una cifra mayor al 40 % de los recursos que los gobiernos nacionales destinaran al área territorial de supuesta competencia del gobierno local, por lo tanto la clave para avanzar en el cumplimientos de objetivos, es claramente una decidida gestión para aumentar recursos.

Para realizar una verdadera gestión generadora de recursos hay que romper de alguna manera con complejas barreras impuestas por los marcos legales y regulatorios actuales, una de ellas, la más importante, es que el Estado no puede emprender empresas, esta idea por si sola castra cualquier intento por hacer una gestión exitosa, si bien es atendible que el Estado no puede mantenerse como socio activo de una actividad productiva en desmedro de los privados, es también atendible que el Estado pueda participar en la génesis y en el inicio de ciertas actividades rentables estratégicas y necesarias, esto podría ser la base para poder pasar a otros estadios de actuación que hoy son impensados, hoy día en Chile, tanto los municipios como los gobiernos regionales se limitan en muchos casos a poner un marco de condiciones para que el esfuerzo privado prospere, pero ese esfuerzo, muy pocas veces llega.

Probablemente lo que frena hoy en la mente de personas que sinceramente creen que es posible diseñar y construir gobiernos locales, y con ello que se permita una mayor libertad de estos para el manejo de empresas (en el sentido genérico) estratégicas, es decir que causen impactos positivos en la dirección del desarrollo en concomitancia con el sector privado, sea el temor a la generación de elefantes blancos, y claro, la corrupción y la infamia mafiosa que termina por beneficiar a unos pocos. Chile tiene hoy un buen manejo de ambas situaciones, hoy la evaluación de proyectos es más exacta y ante posibles escenarios de corrupción sistémica, la Contraloría General de la Republica es una buena agente fiscalizadora y previsora, aunque visualizo en el futuro mediato por el bien del país, que este organismo del Estado debería tener una mayor autonomía y más facultades.

Otro antecedente que se puede considerar es la instauración de gobiernos locales con competencias diferenciadas, no todas las regiones o áreas territoriales en que estos organismos gestores se implanten tienen las mismas carencias, potencialidades y problemas, por lo tanto las competencias deberían ser diferentes, esto en sí mismo es un desafío enorme, por lo tanto a mi juicio debería partirse con programas pilotos, que permitan evaluar en profundidad los logros, impactos y otros indicadores necesarios para reingeniería o rediseño.

Concepción , una buena zona para un proyecto piloto de Gobierno Local

La idea de un Gobierno local que de sentido a un real proceso de descentralización, es a mi juicio una buena idea para alcanzar mejores indicadores en el camino al desarrollo, pero requiere enormes esfuerzos tanto políticos como financieros, pero además, y tal vez más importante que todo, de una población más comprometida con su propio futuro.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

¿PORQUE SOMOS POBRES LOS CHILENOS?

Probablemente esta pregunta sea una de las interrogantes que más me ha perseguido durante toda mi vida,¿ porque somos un país pobre?, ¿ porque hay otros países que no lo son o al menos no tienen los nivéleles de pobreza que tenemos en Chile? , y en general ¿porque somos pobres en Latinoamérica como la nación grande?.

La discusión ideológica me cansó, me agotó, se trata de culpar a otros de manejos siniestros de las vicisitudes de nuestra propia realidad, he visto la pobreza en sus componentes más esenciales y creo que puedo lograr alcanzar alguna lucidez sobre el tema, probablemente no guste a algunas personas que se aferran a la cuestión ideológica, y piensen que por ahí va la solución.

Un estudio sobre la realidad de la pobreza en México realizado por el antropólogo norteamericano Oscar Lewis que posteriormente lo lleva a escribir “ Los hijos de Sánchez” , permite a cualquiera iniciar una reflexión profunda sobre el tema, aun considerando que Lewis pueda haber estado documentando sus propias pre-concepciones sobre la pobreza, algo o mucho de verdad hay en su propuesta, este concluye en cierta forma que la pobreza es parte de una cultura, de un estado de cosas que se fundamenta en cierto tipo de comportamientos que se transmiten y son reafirmados de generación en generación, entre otros encontramos entre las familias pobres, una desconfianza en el gobierno y la creación de redes precarias propias.

Antigua forma de vivir en pobreza en Ribera Norte Concepción Chile

Culpar al Estado de ser corrupto, de que el mercado es en exceso ambicioso, de que la clase pudiente, la plutocracia y otros actores no son en nada sensible, son argumentos muy escuchados, suenan bien pero normalmente son a mi juicio verdades a medias. Lo primero porque la corrupción es un fenómeno delictivo que lo encontramos en todo el mundo, el mercado es algo abstracto, no es un sujeto en sí, es una serie de contactos, relaciones, intercambios, etc. y sobre los comportamientos de ciertas clases sociales, me parece que entramos en aspecto sociológicos de toda índole, que pueden ir desde la estupidez humana, pasando por la desconfianza más extrema, hasta las bajas pasiones y porque no decirlo, a misma maldad humana, todos componentes que encontramos en cualquier sociedad.

Otras definiciones apuntan a aspectos como las carencias. El Diccionario de Acción Humanitaria y Cooperación al desarrollo define ese tipo de carencias, las vinculadas a la pobreza en términos muy generales, como carencia de capacidades, otras de las definiciones importantes las aportan las Naciones Unidad que definen la pobreza como” ... una situación que impide al individuo o a la familia por un lado satisfacer una o más necesidades básicas, y por otro participar plenamente en la vida social…(PNUD 1990). El problema en estas definiciones que es indican los perjuicios de ser pobre, y lo malo que esto es, pero no apuntan a porqué somos pobres.

La pobreza chilena tal vez no tenga la crudeza que vemos en países africanos o de Centroamérica, aquella pobreza que actúa como un ciclón invisible sobre todo lo que vemos, y en la que los seres humanos no son más que elementos del paisaje sin ninguna capacidad de hacer nada, sin embargo la pobreza chilena en una pobreza que duele, una pobreza que siempre engendra más pobreza, se multiplica en las zonas periféricas urbanas , en la ruralidad, en los pequeños pueblos, puedo recordar en este caso, a un pueblo en la cuarta región, La Higuera, que recorrimos con mi familia impactados por las carencias y la imagen de la pobreza en un entorno natural sobrecogedor.

Mi reflexión me lleva a pensar que es posible salir de la pobreza, del círculo que implica, y alcanzar otros estadios de desarrollo. Primero una postura personal, hoy escuchamos a muchos políticos y economistas esperanzados en que Chile pueda alcanzar los umbrales de desarrollo que tenían algunos países mediterráneos hace unos 30 años, y con alrededor de unos 23 .000 dólares per-cápita , estar entre los países desarrollados, mi impresión es que eso es un juego de palabras, un país es un país desarrollado cuando cada individuo que lo conforma es un individuo desarrollado, o una familia desarrollada y eso es un conjunto de atributos que veo lejano.

Este es mi primer acercamiento al tema en este blog, y presento cuatro ideas que pueden ser de alguna utilidad para ir comprendiendo porque somos pobres:

Pienso que somos pobre porque no constituimos una nación”: me traje esta idea de España, de Cataluña. Una nación la constituye una comunidad de personas cuando alberga en su seno un sentido de pertenencia a algo común, y de la que están orgullosos de serlo, por cuanto han participado en una historia común. Así el hijo del banquero se siente connacional con el hijo del obrero, ello posibilita que haya cierto nivel de lubricación social y una visión compartida de futuro. Esto en Chile no ocurre, no existe este aglomerante o si existe, es muy débil. Si llevamos esta idea a comunidades más complejas como las africanas o las centroamericanas, es fácil darse cuenta que el colonialismo destrozó la idea de nación en África, y que en Centroamérica la separación entre etnias y gente de origen europeo o mestiza son problemas insolutos, lo que falta derribar allí y aquí son los perjuicios, que sin ahondar mucho son producto del miedo y la desconfianza de unos y otros.

Pienso que somos pobres porque el temor al riesgo nos supera, nuestras economías domesticas, las pedestres, la de nuestra propia familia no avanza más allá que la autosuficiencia” me di cuenta de este aspecto cuando me preguntaba el porqué los norteamericanos alcanzan tan alto nivel de riqueza, la idea queda en evidencia en cualquier decisión pedestre , en ese actuar se apunta a generar excedentes y se toman riesgos, es decir , siempre hay algo más, un extra de lo que el individuo consume o requiere, pero además, el riesgo se asume implícito en cada decisión del proceso. Me parece que evitar asumir riesgos es parte de nuestra personalidad y no del entorno, pero que termina siendo un comportamiento cultural cuando nadie lo hace, creo también, mirando y reflexionando sobre personas que han dejado atrás la pobreza, que esto se puede superar, y mejor aún, se puede enseñar una mejor actitud entorno a los beneficios de asumir riesgos en nuestras decisiones ordinarias.

Pienso que somos pobres porque la visión de otros escenarios es cercenada, somos pobres porque la educación ha sido adaptada para pobres”, la clave está en comprender las cosas como dinámicas, pero la educación que recibimos y lo que esperamos en la vida es estático. Los escenarios dinámicos no se transmiten a los niños, ellos no comprenden que es posible pensar algo al revés de lo que aprenden, no ejercitan el pensamiento lateral, las salidas de libreto. Creo que aquí hay otra componente que es parte de nuestra herencia cultural, y que podríamos llegar hasta las raíces mismas de nuestra herencia hispana, pero en síntesis, la educación nos prepara para encajar en lo seguro, en un puesto de trabajo, en una pieza del engranaje para toda la vida cercenándonos otras posibilidades.

Pienso que somos pobres porque el entorno es pobre y además tenemos temor al cambio”, si bien se repite la idea de un temor al riesgo, parece ser que el entorno moldea nuestra idea de realidad y entonces esa realidad percibida es aceptable para si mismos, y llegamos finalmente a ser la esencia de esa realidad, en este caso de la pobreza. Es la familia, el individuo el ladrillo con el cual se construye un contexto de pobreza, por lo tanto es muy difícil de salir, resulta tan extremo como salir de un muro del cual somos parte.

El temor puede superar al temor por el cambio o el riesgo a lo nuevo, aún cuando los acontecimientos sean extremos como en la siguiente ilustración de una noticia aparecida en la televisión: un padre de familia pierde un hijo victima de la violencia ambiental de una población en Santiago, y después de ello, pierde un segundo hijo, cuando es consultado si se va a ir de allí, considerando que tiene otros hijos, el dice que no se irá de allí porque pertenece allí, es decir no tomará la valiente decisión de salirse de ese contexto, buscar otro y cambiar.

En síntesis, si se puede concluir en algo, me parece que se puede salir de la pobreza si se logra superar el miedo, somos pobres porque somos temerosos, el miedo se manifiesta de muchas maneras, pero se trata siempre de lo mismo, del miedo a lo nuevo, miedo a lo que no está definido, miedo a evaluar nuestras propias capacidades, miedo a los otros, etc. me parece que en el camino de lo indefinido, en el cambio una y muchas veces, esta al menos uno de los posibles escapes al flagelo de la pobreza.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

EDUCACIÓN SUPERIOR, UNA ENCRUCIJADA

Está en la discusión hoy en el país el tema del rol del Estado en la educación, y a partir de los movimientos estudiantiles, los diversos actores del mundo político, académico, social, cultural y en general, todo hijo de vecino a quien el tema le inquiete, está intentando posicionar una postura, que en algunos casos oculta otras intenciones de cambio social más o menos radical, como hijo de vecino, esta es mi reflexión.

La preocupación por la educación es una preocupación genuina, Chile tiene una educación de calidad discutible y en exceso cara. La proliferación de oferta educacional en el país en los últimos 20 o 25 años es extraordinaria, de los cupos universitarios a mediados de los 85 de unos 100.000, cupos para carreras de pregrado, ha evolucionado a unos 690.000 cupos para carreras de pregrado el 2010, carreras tradicionales y nuevas que se dictan en unos 61 centros de educación superior entre privados y públicas, esto implica que muchos universitarios actuales son primera generación que pisan las aulas en un nivel superior, evidentemente hay una mayor población universitaria, hay más universitarios y profesionales.

En materia de recursos, el Estado Chileno destina unos 330.000 millones de pesos chilenos en la educación superior, lo que implica un porcentual importante del total del 3.1 del PIB de ese item, pero una baja destinación presupuestaria comparativa a lo que debería ser su compromiso con miras al desarrollo , cercano al 7 %, y una muy alta carga de financiamiento para padres y apoderados, lo que ha venido a gestar un descontento social fuerte, y que es el resultado de un conflicto potencial que algunos actores se han encargado de canalizar y potenciar, incorporando de paso otras demandas como la calidad de los servicios y sobre todo, reprochando el lucro implícito a partir de los aportes del Estado.

¿Cuáles son los problemas reales de esta aparente contradicción, por un lado mayor población universitaria y por otra, menor inversión del Estado?, los problemas reales son muchos, y a mi juicio requieren cambios fuertes, sugieren cambios de dirección importante, y repensar en gran parte una problemática compleja que en este breve articulo, apenas rozaré en su complejidad.

Uno de los temas fundamentales a mi juicio es el financiamiento, hoy un egresado de educación superior en Chile, de al menos, los dos primeros quintiles ( hasta los $ 100.814), carga una mochila de deuda de unos $ 15.000.000 que comienzan a incrementarse rápidamente por los intereses que aplica la banca que administra los créditos. Esto implica no sólo una preocupación mensual para los jóvenes profesionales sino que el temor permanente de no entrar en mora, porque son ingresados al sistema nacional e internacional de morosos conocido como Dicom o Equifax en su fachada internacional, es decir la muerte financiera, el castigo que aplica indirectamente, y directamente en otros casos el Estado Chileno, por no cumplir compromisos en los cuales los jóvenes tuvieron muy poco que decir.

El sistema es injusto en la medida que se trata de diseños puramente económicos, la injusticia en este sistema que cambió el año 1982, puede graficarse por el siguiente cuadro : un estudiante que entró a finales de los años 70 y comienzo de los 80, y que en ese entonces pagaba un arancel diferenciado según las capacidades del grupo familiar, tuvo que tomar obligado un crédito estatal por todo el costo de la carrera por cambios estructurales del sistema de financiamiento universitario, es decir pasó de pagar en algunos casos un 15 % del total del costo, al 100 % del total, sin consentir el Estado ningún articulado transitorio que permita a ese estudiante terminar su carrera según las condiciones vigentes en su ingreso. Pero eso no es todo, durante los años 80 también se diseñaron y se ejecutaron otras reformas estructurales, así un estudiante que ingresó a una prestigiosa universidad nacional, egresó de una universidad regional con nuevo nombre sin mayores explicaciones. El golpe de gracia llegó con el ministro Bitar el año 2004 en que los deudores morosos fueron informados al sistema Dicom, y sus retenciones de impuestos fueron capturados, o mejor dicho apropiados por el Estado, no parando por ese hecho los intereses de la deuda, ni el retiro de los afectados de los archivos del tristemente famoso Dicom.

Otro aspecto importante del actual sistema, es la acreditación, que se suponía iba a marcar una diferencia fundamental entre una y otra institución, sin embargo salvo dos o tres instituciones, todas están acreditadas, ¿ qué pasó?, al parecer los estándares no eran tan altos, pero además, el Estado cedió terreno a empresas acreditadores particulares, nuevamente, un sistema que podría pensarse bueno, entra en entredicho.

Para nadie medianamente reflexivo, es un misterio que hoy, detrás de las demandas y respuestas entre estudiantes y acompañantes y el Estado ( no solo el que representa o constituye el actual gobierno porque hay que recordar la revolución pingüina) , se practica el diálogo de sordos, sino que además se descubre una componente ideológicamente importante, filosóficamente distingo en su esencia dos ideas fundamentales en choque, la una, que busca la libertad y el mínimo control del sistema por la idea vinculante de la autorregulación, y la otra que busca un mayor compromiso del Estado, en lo que se ha llamado la “estatización” de la educación, y en la cual subyace en el fondo, en su esencia, la búsqueda de la igualdad, es decir aquel constructo intelectual de ciertas ideologías en que es ´posible igualar los componentes de una sociedad, al menos en este caso en las oportunidades. La libertad desde mi enfoque es un instinto, un sentido o dirección tan fuerte que viene de nuestra condición animal, natural y que no podrá ser nunca sometida, esto se ha demostrado con evidencia muy fuerte en la historia reciente, porque es producto del deseo intimo humano de hacer lo que se le plazca, pero por otro lado, encontramos aquella utopía noble pero teórica, intelectual, humanista de ofrecer y alcanzar la igualdad para todos, por lo tanto el trasfondo de las ideas en choque no pude ser descontadas como algo liviano.

Mi pensamiento es que la situación podría tener solución en la medida que ambos aspectos se canalicen, primero, debe haber educación pública y privada, la primera, con alto compromiso del Estado, con su involucramiento al cien por cien, y la segunda con el compromiso financiero total de privados pero con la supervisión del Estado en materia de calidad y exigencias, sobre todo esto último, exigencias, la libertad en ciertas materias tiende a saltarse vallas. El asunto sin embargo no es tan simple, porque existen también otras instituciones que requieren de la ayuda del Estado porque nunca persiguieron fines de lucro, y su quehacer ha sido una construcción de años de personas e instituciones desinteresadas animadas solo por el altruismo, ello sugiere algunos regímenes especiales que la sociedad chilena tiene muy claro y que a mi juicio, se saltan el choque ideológico actual y de allí su importancia.

El financiamiento que me parece más correcto, es el arancel diferenciado y el aumento sustantivo del Estado del porcentual del PIB destinado a educación, ello implicará seguramente hacer reingeniería de planes y programas gubernamentales, y probablemente una reforma impositiva, pero al parecer hay ambiente para ello.

En materia de calidad, es evidente que se requiere rehacer los actuales patrones con los cuales se mide la calidad, y como todo principio de calidad, esta se basa en lo comparativo, ello significa colocar estándares internacionales no cuestionados y alcanzables, pero además, el Estado no se puede desligar del rol fiscalizador en forma directa, debe ejercer un control con una institución fuerte, prestigiosa y reconocida, me recuerda la otrora noble y valiosa Contraloría General de la Republica.

Pero la calidad no solo es materia de las instituciones, sus plantas docentes, planes y programas y equipamientos, también la calidad debe venir de los alumnos. El actual sistema permite que un esfuerzo personal e intelectual disminuido, pueda ser compensado con la actual sobreoferta de cupos, pero además con el esfuerzo económico y eso no puede ser, en tal sentido, la universidad debe ser para los mejores, para ello se deben realizar todos los esfuerzos necesario para hacer que haya una igualdad de oportunidades, esto implica que un estudiante capaz de un liceo técnico profesional , puede tener las mismas oportunidades de entrar a la educación superior que otro de sistema humanista enteramente privado. Me molesta de sobremanera la actual segregación de estudiantes de liceo humanistas y de liceos de educación técnico profesional, parece que unos ya tienen determinado su futuro cuando deciden a los 14 años.

No parece conveniente que el actual sistema se siga incrementando en forma inorgánica, sin una dirección y supervisión del Estado, de los mismos actores hoy involucrados y de la sociedad en general, se ha demostrado en casos tristes como la carrera de perito criminalístico, la ligereza para levantar una oferta académica, que al final del día solo perjudica a los jóvenes interesados creando expectativas y futuros que nunca serán. Las actuales universidades deberían entrar en un statu quo en la que deberían sostenerse solo por cumplir estándares de calidad, porque si ocurre como hoy, que se sostienen por demanda, el sistema completo sufre la destrucción de su credibilidad. No vale la pena crear más universidades, y en cuanto a las futuras carreras, por lo dinámico que resulta hoy el conocimiento, siempre hay que estar abierto a la creación de nuevas ofertas, pero ello debería ser producto de grandes consensos apoyado por estudios serios, y demandas reales de la nación, de otra forma se estarían haciendo profesionales para la emigración, o para la desesperación y la depresión.

Por otra parte, parece injusto satanizar a los deudores, el sistema debería tener también algunas posibilidades de renegociar en todo tiempo, todas las instituciones crediticias, aun el retail ofrece ventanilla abierta para la renegociación, ofreciendo créditos nuevos, blandos o aumentando los plazos, sin embargo la renegociación con el Estado es manejada por leyes extraordinariamente duras que se son contrarias a las dinámicas económicas actuales, y que momifican el sistema durante periodos mayores a los 10 años, principalmente porque no otorga a las instituciones herramientas de gestión para la negociación, se limitan a entregar las cadenas y el látigo.

He escuchado economistas bastante inteligentes que se niegan a que una parte de la población que no va a la universidad pague la educación de otra, que será beneficiada con el acceso a esa educación. Independiente de cualquiera postura ideológica, mi postura sobre el aporte estatal en educación es que los recursos que coloca el Estado en este contexto no son un gasto, no es un gasto social, es un error, es una inversión que recupera en el mediano plazo, por cuanto cada profesional termina siendo un agente que retorna con creces a través de sus impuestos los recursos invertidos, pero además, se resta de la subsidiaridad del Estado en áreas bastante sobrecargadas como la salud y la vivienda.

sábado, 3 de septiembre de 2011

CHILE UNA BUENA POSIBILIDAD

Hola, este blog lo estoy iniciando con un pensamiento optimista, se trata de iniciar una serie de reflexiones sobre Chile y sus problemas, y frente a ellos las posibilidades que como país tenemos para solucionarlos, y no solo abordarlo en forma aislada sino que intentar un pensamiento sistémico, expansivo y así de paso, con estos pequeños aportes esbozar un camino hacia el país desarrollado que queremos, un país mejor, un país con mayor oportunidades y mi sueño secreto, el país modelo para otros de esta América nuestra.

Chile en muchos aspectos es un país lleno de posibilidades, con un potencial alto de llegar a ser un modelo de desarrollo diferente a lo que acostumbramos tener como modelos, sean estos países europeos, asiáticos o norteamericanos.

Me parece que el camino al desarrollo desde la perspectiva latinoamericana debe ser diferente, porque somos una sociedad diferente, una sociedad que tiene caracteres que no podemos comparar con aquellas a las que hoy intentamos imitar.

Mi visión viene desde mi enfoque de urbanista postgraduado, por lo tanto no deja de ser una visión sesgada, una visión basada más en aquellos indicadores que detecto en las ciudades y que puedo ver y medir, pero también viene de mi calidad de observador, de intruso, de ciudadano a pie, me interesa reflexionar desde lo cultural, y de aquello que siento que me afecta tanto en usos, costumbres y en general de lo variopinto del medioambiente que ha creado la sociedad chilena actual.

Pienso que también aporto desde mi ignorancia, pero a veces la ignorancia abre caminos nuevos, no comprometidos, no caminados, y tal vez desde allí se pueda tener una visión nueva sobre viejos problemas o viejas cadenas.

Intento tener una visión no comprometida con ideologías, no comprometida con estándares ni con sectores o domicilios, sino una visión crítica pero que también reconoce el esfuerzo que realizan hombre y mujeres por sacar a este país, mi país, adelante hacia las otras ligas.

Me parece que se requiere explorar ideas. Más que aumentar el número de diagnósticos sobre ciertos aspectos de la problemática social, ambiental, económica, y cultural, se requieren ideas, no veo como los gobiernos, los actores que tienen que tomar las decisiones de la gestión del día a día puedan tener tiempo para reflexionar al interior del torbellino de las exigencias y demandas diarias, en el continuo apago de incendio, en el contexto de reacción en que trabajan diariamente.

Chile es mi preocupación y la preocupación de mi pensamiento, pero ello no significa que a raíz de los mismos problemas que enfrentamos, no haya temas que explorar y pensar sobre ellos. Hay mucho tema sobre lo que se puede tener una visión desde esta parte del planeta y que probablemente ayuden en otras latitudes, el mundo al fin y al cabo es uno solo, y cada problema que nos afecta como chilenos, latinoamericanos, afecta también a otros ciudadanos del mundo.