Probablemente esta pregunta sea una de las interrogantes que más me ha perseguido durante toda mi vida,¿ porque somos un país pobre?, ¿ porque hay otros países que no lo son o al menos no tienen los nivéleles de pobreza que tenemos en Chile? , y en general ¿porque somos pobres en Latinoamérica como la nación grande?.
La discusión ideológica me cansó, me agotó, se trata de culpar a otros de manejos siniestros de las vicisitudes de nuestra propia realidad, he visto la pobreza en sus componentes más esenciales y creo que puedo lograr alcanzar alguna lucidez sobre el tema, probablemente no guste a algunas personas que se aferran a la cuestión ideológica, y piensen que por ahí va la solución.
Un estudio sobre la realidad de la pobreza en México realizado por el antropólogo norteamericano Oscar Lewis que posteriormente lo lleva a escribir “ Los hijos de Sánchez” , permite a cualquiera iniciar una reflexión profunda sobre el tema, aun considerando que Lewis pueda haber estado documentando sus propias pre-concepciones sobre la pobreza, algo o mucho de verdad hay en su propuesta, este concluye en cierta forma que la pobreza es parte de una cultura, de un estado de cosas que se fundamenta en cierto tipo de comportamientos que se transmiten y son reafirmados de generación en generación, entre otros encontramos entre las familias pobres, una desconfianza en el gobierno y la creación de redes precarias propias.
Antigua forma de vivir en pobreza en Ribera Norte Concepción Chile
Culpar al Estado de ser corrupto, de que el mercado es en exceso ambicioso, de que la clase pudiente, la plutocracia y otros actores no son en nada sensible, son argumentos muy escuchados, suenan bien pero normalmente son a mi juicio verdades a medias. Lo primero porque la corrupción es un fenómeno delictivo que lo encontramos en todo el mundo, el mercado es algo abstracto, no es un sujeto en sí, es una serie de contactos, relaciones, intercambios, etc. y sobre los comportamientos de ciertas clases sociales, me parece que entramos en aspecto sociológicos de toda índole, que pueden ir desde la estupidez humana, pasando por la desconfianza más extrema, hasta las bajas pasiones y porque no decirlo, a misma maldad humana, todos componentes que encontramos en cualquier sociedad.
Otras definiciones apuntan a aspectos como las carencias. El Diccionario de Acción Humanitaria y Cooperación al desarrollo define ese tipo de carencias, las vinculadas a la pobreza en términos muy generales, como carencia de capacidades, otras de las definiciones importantes las aportan las Naciones Unidad que definen la pobreza como” ... una situación que impide al individuo o a la familia por un lado satisfacer una o más necesidades básicas, y por otro participar plenamente en la vida social…(PNUD 1990). El problema en estas definiciones que es indican los perjuicios de ser pobre, y lo malo que esto es, pero no apuntan a porqué somos pobres.
La pobreza chilena tal vez no tenga la crudeza que vemos en países africanos o de Centroamérica, aquella pobreza que actúa como un ciclón invisible sobre todo lo que vemos, y en la que los seres humanos no son más que elementos del paisaje sin ninguna capacidad de hacer nada, sin embargo la pobreza chilena en una pobreza que duele, una pobreza que siempre engendra más pobreza, se multiplica en las zonas periféricas urbanas , en la ruralidad, en los pequeños pueblos, puedo recordar en este caso, a un pueblo en la cuarta región, La Higuera, que recorrimos con mi familia impactados por las carencias y la imagen de la pobreza en un entorno natural sobrecogedor.
Mi reflexión me lleva a pensar que es posible salir de la pobreza, del círculo que implica, y alcanzar otros estadios de desarrollo. Primero una postura personal, hoy escuchamos a muchos políticos y economistas esperanzados en que Chile pueda alcanzar los umbrales de desarrollo que tenían algunos países mediterráneos hace unos 30 años, y con alrededor de unos 23 .000 dólares per-cápita , estar entre los países desarrollados, mi impresión es que eso es un juego de palabras, un país es un país desarrollado cuando cada individuo que lo conforma es un individuo desarrollado, o una familia desarrollada y eso es un conjunto de atributos que veo lejano.
Este es mi primer acercamiento al tema en este blog, y presento cuatro ideas que pueden ser de alguna utilidad para ir comprendiendo porque somos pobres:
“Pienso que somos pobre porque no constituimos una nación”: me traje esta idea de España, de Cataluña. Una nación la constituye una comunidad de personas cuando alberga en su seno un sentido de pertenencia a algo común, y de la que están orgullosos de serlo, por cuanto han participado en una historia común. Así el hijo del banquero se siente connacional con el hijo del obrero, ello posibilita que haya cierto nivel de lubricación social y una visión compartida de futuro. Esto en Chile no ocurre, no existe este aglomerante o si existe, es muy débil. Si llevamos esta idea a comunidades más complejas como las africanas o las centroamericanas, es fácil darse cuenta que el colonialismo destrozó la idea de nación en África, y que en Centroamérica la separación entre etnias y gente de origen europeo o mestiza son problemas insolutos, lo que falta derribar allí y aquí son los perjuicios, que sin ahondar mucho son producto del miedo y la desconfianza de unos y otros.
“Pienso que somos pobres porque el temor al riesgo nos supera, nuestras economías domesticas, las pedestres, la de nuestra propia familia no avanza más allá que la autosuficiencia” me di cuenta de este aspecto cuando me preguntaba el porqué los norteamericanos alcanzan tan alto nivel de riqueza, la idea queda en evidencia en cualquier decisión pedestre , en ese actuar se apunta a generar excedentes y se toman riesgos, es decir , siempre hay algo más, un extra de lo que el individuo consume o requiere, pero además, el riesgo se asume implícito en cada decisión del proceso. Me parece que evitar asumir riesgos es parte de nuestra personalidad y no del entorno, pero que termina siendo un comportamiento cultural cuando nadie lo hace, creo también, mirando y reflexionando sobre personas que han dejado atrás la pobreza, que esto se puede superar, y mejor aún, se puede enseñar una mejor actitud entorno a los beneficios de asumir riesgos en nuestras decisiones ordinarias.
“Pienso que somos pobres porque la visión de otros escenarios es cercenada, somos pobres porque la educación ha sido adaptada para pobres”, la clave está en comprender las cosas como dinámicas, pero la educación que recibimos y lo que esperamos en la vida es estático. Los escenarios dinámicos no se transmiten a los niños, ellos no comprenden que es posible pensar algo al revés de lo que aprenden, no ejercitan el pensamiento lateral, las salidas de libreto. Creo que aquí hay otra componente que es parte de nuestra herencia cultural, y que podríamos llegar hasta las raíces mismas de nuestra herencia hispana, pero en síntesis, la educación nos prepara para encajar en lo seguro, en un puesto de trabajo, en una pieza del engranaje para toda la vida cercenándonos otras posibilidades.
“Pienso que somos pobres porque el entorno es pobre y además tenemos temor al cambio”, si bien se repite la idea de un temor al riesgo, parece ser que el entorno moldea nuestra idea de realidad y entonces esa realidad percibida es aceptable para si mismos, y llegamos finalmente a ser la esencia de esa realidad, en este caso de la pobreza. Es la familia, el individuo el ladrillo con el cual se construye un contexto de pobreza, por lo tanto es muy difícil de salir, resulta tan extremo como salir de un muro del cual somos parte.
El temor puede superar al temor por el cambio o el riesgo a lo nuevo, aún cuando los acontecimientos sean extremos como en la siguiente ilustración de una noticia aparecida en la televisión: un padre de familia pierde un hijo victima de la violencia ambiental de una población en Santiago, y después de ello, pierde un segundo hijo, cuando es consultado si se va a ir de allí, considerando que tiene otros hijos, el dice que no se irá de allí porque pertenece allí, es decir no tomará la valiente decisión de salirse de ese contexto, buscar otro y cambiar.
En síntesis, si se puede concluir en algo, me parece que se puede salir de la pobreza si se logra superar el miedo, somos pobres porque somos temerosos, el miedo se manifiesta de muchas maneras, pero se trata siempre de lo mismo, del miedo a lo nuevo, miedo a lo que no está definido, miedo a evaluar nuestras propias capacidades, miedo a los otros, etc. me parece que en el camino de lo indefinido, en el cambio una y muchas veces, esta al menos uno de los posibles escapes al flagelo de la pobreza.
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