domingo, 16 de diciembre de 2018
Como Pollo sin Cabeza
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No sé donde escuché alguna vez ese dicho,"como pollo sin cabeza", pero imagino que comunica falta de claridad, que no se sabe hacia dónde se va, que el destino al cual se marcha es confuso y que se puede estar dando vueltas y vueltas como ocurre cuando se ha perdido del mapa de la ruta.
Me pasa lo mismo cuando intento ver en perspectiva hacia dónde vamos como país, como sociedad, la sensación que tengo es que tenemos problemas de timón, a veces veo que vamos para un lado con toda la potencia, para luego sin más, cambiar de dirección y enfilar rumbo hacia otros destinos, como pollo si cabeza.
En esta práctica perdemos tiempo, y no sólo en los últimos años, desde hace ya un buen rato siento que estamos a la deriva. No sé si quienes llevan las riendas del país la tienen clara y simplemente no lo saben comunicar, pero desde acá abajo, desde el ciudadano a pie no se divisa rumbo, se siente una desesperante condición de ir en las bodegas de un barco sin saber a qué puerto nos llevarán, y lo más terrible, hay muchísimos vecinos que nos les importa, se entretienen durante el viaje chateando con el del lado.
Me imagino desde mi párvula y poca capacidad reflexiva que orientar los destinos de un país debe ser una tarea titánica, hay tantas y tantas fuerzas que intentan llevar a la sociedad hacia sus idearios de paraíso, normalmente ubicados en direcciones contrarias y constituyendo fuerzas opuestas que jalan fuerte, bajo esos tiras y afloja a veces podríamos parecer que somos un cuerpo listo para ser descuartizado, algo similar a lo que ocurría con los condenados a morir por desmembramiento, los caballos separaban brutalmente los miembros, las partes, acá podrían haber más partes, incluida la cabeza.
¿Por qué no hay proyectos comunes?, ¿Por qué no hay grande acuerdos sociales?. En la disciplina que tengo especialidad se apunta siempre al acuerdo, pienso que es una buena idea, pero es una idea que implica mostrar las cartas y estar dispuesto a perder posiciones, consecuentemente su fin es noble, se trata de constituir los ladrillos básicos para alzar cualquier edificio, pero veo una y otra vez que eso es una utopía, una irrealizable figura de la academia. En la realidad abunda la sospecha, todos somos sospechosos y además hay algunos que esconden bajos sus ropajes armas de todo tipo, para los unos, los otros tienen siniestros planes ocultos, para los otros, los primeros son soldados de fuerzas oscuras, al final del día, queda esa sensación que todos jugamos con las cartas marcadas.
Pienso que muchos de mis compatriotas deben pensar que con una cabeza fuerte, con una mano de hierro, con un gobierno duro y autoritario las cosas deberían marchar mejor, pero la historia ha demostrado que eso es una ilusión, es mejor la negociación, es mejor intentar la gobernanza, buscarle la quinta pata al gato y huir mientras se pueda de los mesías e iluminados.
Quisiera ver una maqueta, una imagen objetivo, un dibujo aunque sea medio pintarrajeado a modo de un croquis, aunque no tenga bordes claros ni satisfaga a muchos, pero creo que serviría de algo, al menos para calmar las neuronas y mostrarle al yo interior e inquieto que hay alguna dirección, o más presuntuoso aún, que cuando caminamos estamos yendo en la dirección correcta, esto además serviría para calmar esa extraña sensación de fatalidad que a veces me rodea, no porque sea un perseguido, es simplemente que noto que están apareciendo en el escenarios algunos flautistas, unas músicas extrañas, un acomodo de líneas de marchas, y …entonces relaciono, mmmm. ¿flautistas de Hamelin?.
Finalmente, pienso que deberíamos intentar algún acuerdo nacional, ponernos como sociedad algunos objetivos claros de mediano y largo plazo y que sean conocidos por todos, que no dependa de la coyuntura ni de los cantos de sirenas. Es cierto, hay que ser valiente para proponer algunas líneas firmes, unos objetivos nítidos, vivimos en la edad de lo “políticamente correcto”, en tiempos de “acomodo”, parece que nadie que pueda se atreve a cambiar las melodías melosas y poner algunas notas de jazz, pero al menos, dentro de ese marco, hay que intentar ayudar al pollo sin cabeza.
jueves, 29 de noviembre de 2018
Mono de Goma
Imagen desde https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Sacodeboxeoh.jpg
Imagino un mono de goma tipo boxeador que se encuentre a la venta en el mercado y que además tenga ciertas características, nunca debería devolver un golpe, debería tener una silueta humanoide, una base que le permita moverse, ir y volver, con una textura suave pero firme y por supuesto debe ser de color hormiga. Además de lo anterior, un manual que indique la forma en que se puede golpear sin sufrir daño.
Hace ya un tiempo conversaba con una amistad (femenina o masculina da lo mismo), y mientras me hablaba de sus vivencias y otros asuntos tuve una visión, su rabia salía hacia afuera y se desplazaba por el aire para ir directo a la mandíbula de cierto personaje público, alguien que es a su vez es muy provocador en sus declaraciones, pensé en esos momentos ¡vaya, eso es tener un mono de goma!,mmm... eso es tener a quien golpear... ¡qué manera de darle duro!.
Con el tiempo me he dado cuenta que muchos/muchas, tienen sus propios monos de goma, alguien a quien golpear, a quien despellejar, alguien contra quien arrojar kilos de frustraciones, quizás todas ellas, y en esa cargas probablemente estén las propias como aquellas que vemos o que suponemos que vemos de otros, las que sentimos y aquellas otras que nos dicen que debemos sentir, también me he dado cuenta que ese “alguien” viene a calmar el día, al final del proceso es una especie de héroe (qué ironía).
El problema que veo en esta salida es que se tiende a hacer monos de gomas a personas, a instituciones, a grupos humanos, así las cosas, cuando vamos por ahí en este valle de lágrimas o navegando por este mar de injusticias, son “los otros” los que reciben esos misiles cargados de malas vibras, de negatividad, esas bombas de racimo emocionales que hacemos estallar sin compasión.
Probablemente es más sano tirarle piedras a unas columnas pétreas como lo hacen otras culturas, porque es indudable que se requiere liberar tensiones, pero resulta que en la contemporaneidad los malos como el “guason” ya no son tan fáciles de identificar y los “satanes” ya no huyen de nuestros insultos, bailes, olores ni rezos, y cualquier trato con ellos está en manos de sus abogados, por lo tanto estamos algo confundido y miramos para el lado buscando otros culpables a quien cargarle nuestras frustraciones.
El mono de goma es una alternativa sana, y estimo ( por el estado creativo en que me encuentro en este momento) que debería colaborar, incentivar y subvencionar programas para que exista en cada casa al menos una unidad, de modo que la familia entera pueda liberar tensiones, extasiarse de golpear algo, probablemente con tiempo para cada uno, quizás lo padres necesiten más tiempo, pero hasta los niños necesitan unos minutos para darle duro al mono.
Una sociedad pacifica parece hoy algo utópico, cada día hay más encono, hoy más que ayer y menos que mañana, todo el mundo acumula una increíble carga de malas vibras y estimo que sería bueno que haya una salida sanitaria para ella, es fácil notar que las frustraciones y sentimientos de impotencia nos están sobrepasando, y cuando no se van, nos matan.
Esta reflexión personal ocurre mientras saco de su caja un mono de goma con pinta de boxeador peso pesado, un tipo duro a quien espero noquear, tengo mucha rabia contra tanta injusticia, contra tanto abuso a mi capacidad de tolerancia, pero al mismo tiempo sé que esto no es nada fácil para nadie, a todos no toca una parte en esta ópera y cada cual la tiene fea, por lo tanto, no pretendo buscar mi necesario mono de goma entre las personas, prefiero comprarlo en cuotas en el retail, así al menos puedo reclamar mi garantía si este se atreve a responder un golpe.
domingo, 30 de septiembre de 2018
División
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Uno de los recuerdos de mi niñez que no olvido, que está allí en mi mente de adulto claramente archivado y clasificado, ocurrió cuando junto con mi curso de pequeños compañeros visitamos una fábrica de levaduras, al microscopio, mis párvulos ojos asombrados observaron como una mancha orgánica se dividía en dos, luego en cuatro, y luego volvía a dividirse hasta el infinito, así la mancha de individuos ameboideos crecía y crecía, nada parecía detener esa fuerza que desde lo invisible de su interior parecía dividir y dividir sin descanso.
En esta vuelta al pasado recuerdo luego mi etapa de secundaria, se dividía entre nosotros y “ellos”, aquellos a los que les éramos indiferentes, unas gente que no participaban con nosotros en cuanta actividad hiciéramos, ramadas, viajes, convivencias (fiestas) . También se pasean por mi mente los recuerdos de la división entre diferentes grupos universitarios que conformaban nuestros talleres, unos y otros, allí hubo gente con la cual nunca conversé, que no conocí porque nuestro grupos nunca se tocaron, en síntesis, esa división en bando ha estado presente en cada etapa de mi vida.
La división entre unos y otros nos afecta siempre, recuerdo haber leído en algún libro de historia sobre la reconquista de Chile, normalmente pensamos que la lucha fue entre criollos y españoles, una lucha entre soldados enviados con una misión desde el imperio y los nacionales que a fuerza de convicciones los enfrentaban, pero lo que leía era completamente diferente, el enfrentamiento fue entre familiares, entre amigos, entre gente de la misma ralea, personas que antes convivieron. Mediaba entre ellos el hecho que al tomar partido estaban profundamente divididos.
La reciente historia de Chile nos muestra con datos, imágenes y testimonios lo doloroso y terrible que puede ser la división entre unos y otros, miles de muertos y la inoculación de odios que nos seguirán circulando por las venas por varias generaciones, y por cierto con la perspectiva bastante siniestra que ese tipo de hechos puede volver a repetirse, el camino de las naciones tiene al parecer la ciega tendencia a tropezar una y otra vez con la misma piedra.
No sé el porqué la gente toma posiciones extremas que llevan a la división, ni cómo se desarrolla el proceso por el cual vamos aceptando caricaturas sobre “los otros” y que hasta ayer fueron nuestros amigos, vecinos, parientes, personas estimadas, es una mecánica, una que nos separa como una fuerza similar a aquellas que actuaba al interior de cada minúsculas levadura de mi niñez, en cada cuerpo social o familiar nos dividimos.
Probablemente se podrán levantar argumentos que dirán que hay divisiones sociales o familiares normales, esperadas, y que en algunos escenario es hasta sano que ocurra, que la cosa no va más, que el nivel de entendimiento está completamente roto y hay que dejar que los hechos fluyan, que no hay que presionar ni intentar sujetar nada, que hay que vivir y dejar vivir. Probablemente es una buena postura, respetable.
Pero sucede que no me gusta la división, me siento incapaz muchas veces de tomar partido y quedo al medio, como el jamón del sándwich, creo y racionalmente estimo que siempre hay puntos que nos unen y que se pueden fortalecer, en algunas situaciones que he vivido he tratado de atemperar los ánimos, de conversar con la parte contraria, de parlamentar a riesgo de ser considerado una suerte de bufón, un traidor, un antipático que no entiende las situaciones, que no ve lo que todos ven.
Pienso que en un sentido social la división es una mala cosa, haciendo historia ficción me imagino en el tipo de escenario que tendríamos hoy si estos pequeños estados latinoamericanos que somos hoy constituyesen una sola gran nación, si aquellos líderes que un día nos condujeron hubieran derrotado su ego y hubieran apostado por la unión, haciendo la salvedad que pudieron venir otros con fusiles y tijeras aún más grandes en forma posterior, probablemente seríamos más fuertes, se dice que la unión hace la fuerza.
Finalmente quiero pensar que quienes apuestan por la división, o aún quienes la promueven en los ámbitos que les corresponde, en los grupos en que participan y por las decisiones que toman, han reflexionado, han dimensionado el paso que van a tomar, de modo que la división no sea una suerte de muro de Berlín que se crea ex profeso, una separación dolorosa y completamente inútil y evitable, sino una situación que obedece a principios más nobles y que se puede amortiguar, sobrellevar y aún más, crecer a partir de ella.
martes, 10 de julio de 2018
Cuento de amor y odio con Pescado Frito
Imagen desde http://www.foodgroup.cl
Vivimos en un mundo de comerciantes, desde el negocio de la esquina hasta las grandes potencias mundiales todo el mundo es comerciante, a veces me parece que todo lo que veo y que ha sido realizado por el hombre ha pasado por una vitrina de comercio, y desde allí hasta donde se encuentra, una calle, una ventana, un edificio, los cables por allá arriba, los ductos de allá abajo, la luminarias, mis calzoncillos, todo, además de aquello que tenemos o que aspiramos a tener, todo ha sido manejado por el comercio, el comercio lo domina todo.
El caso es que uno de esos comerciantes, me vendió un producto que le vendió otro comerciante que a su vez le compró el producto a otro comerciante, quien presumiblemente se lo compró a un pescador, el producto era bueno, era un pescado congelado en un envase plástico de color rojo, lo compré una vez, y otra y otra, me gustó, bastante bueno.
Por esas cosas que damos por hecho, nunca se me ocurrió ver desde donde provenía el producto en cuestión, el pescado, total no es necesario saberlo, como chileno lo asumimos como cosa sabida porque tenemos una gran costa marítima, una flotilla pesquera grande, muchas factorías y productores, por lo tanto daba por sentado que el producto originalmente debía ser nacional, chileno de tomo y lomo, algo nuestro.
Pero el comercio nos sorprende, y mirando por aquí y por allá, en medio de tanto producto que tenemos disponible para celebrar el bendito acto de comer, ese deseo a veces sibarita a veces simplemente rutinario que nunca, nunca está satisfecho, encontré un día, … ¡otra oferta de pescado congelado!, ahora en envase azul, aparentemente con las mismas características de mi acostumbrado producto anterior, entonces…a comprar se ha dicho, tres, no mejor cuatro…bolsas de pescado pasaron por la caja de aquel comercio de grandes superficies.
Aaaahhhhh…, el fin de semana, no puede faltar el vino blanco en la mesa, vino de calidad, nuestro, dicen que somos los mejores del mundo en esto de fabricar vinos y buenos comerciantes también, quien busque vino chileno en la parte más lejana del mundo lo encontrará. ¡Si señores! , vino en mi mesa para acompañar el pescado frito el fin de semana, un ritual.
Todo dispuesto en la mesa como debe ser, y el pescado frito de rigor que llega para emocionarnos, para disfrutarlo, las papilas gustativas están de fiesta …pero entonces algo pasa, algo inesperado, un filete medio podrido, de mal gusto, ¡puff!, pésimo en medio del banquete. Luego de un rato de intercambio de opiniones y reflexiones de mesa, “al mal tiempo buena cara” dice el dicho, el resto de los filetes estaba bien.
Otro fin de semana, segundo paquete congelado, todo preparado, el vino, las copas y…el pescado frito después de una corta espera arriba a la mesa, y entonces sucede nuevamente… un filete podrido, mismo truco, nos sacamos la lotería, un filete podrido en medio de los otros filetes en buen estado, la misma situación nos ha ocurrido con dos paquetes del mismo productor y comprados al mismo comerciante. La rabia acompañada de vino blanco hace que surjan reacciones espontáneas, envalentonadas, e instintivamente nos preparamos para devolver el golpe, hay que llevar el pescado restante, las bolsas sin consumir y pedir la devolución del dinero, ¡… y no olvidar!, llevar una muestra de pescado podrido en un pote plástico, allí irá ese “presente” junto a la rabia rumbo al lugar de la compra, tendrán la evidencia y quizás con un poco de suerte ese reclamo seguirá subiendo y “good bye” al inspector de turno (si es que hubo uno, quizás estuvo mirando un partido de futbol, chateando o simplemente fue al baño).
Entonces comienza la locura, ¡la boleta!, ¿dónde está la maldita boleta?, ¿dónde?, después de una frenética búsqueda concluimos que la boleta se fue a la “ twilight zone” y nunca más apareció por esta realidad, así, vanos fueron nuestros intentos por lograr la devolución del dinero, no hay evidencia de la compra a pesar de la presencia del logo impreso en los productos, no hay evidencia, no hay devolución, pura mala suerte con este producto, por lo tanto el sentido común nos dice que nos alejemos de él para siempre, “hasta la vista amigo” le digo al estilo Schwarzenegger , aunque haya sido pura mala suerte nuestra y la conjunción de muchas circunstancias, no más contacto.
Y así paso el tiempo, la sensación de comer aquel buen pescado frito el fin de semana se fijó en la mente con la de aquel pescado podrido, juntos y revueltos, por lo tanto la rutina fue comprar pescado “fresco” en las pescaderías donde un “casero” o una “casera”, se trata de jugar a la ruleta rusa, varias veces llegamos con productos igual o peor de podridos, no hay control de calidad, quizás habrá inspección algún día del año, no lo sabemos, entendemos que en ese nivel esto es comercio no buenas acciones para ganarse el cielo, y con el agravante que hay que terminar de limpiarlo, sacarle las escamas, la cola, restos…¡ajjj…!, se redujo el consumo de pescado frito el fin de semana.
Un día, mirando por ahí, en los pasillos de congelados aparece otra tentadora oferta, este otro comerciante presenta su producto en celeste, no lo conocemos, no sabemos cómo es este producto aunque su marca nos es conocida, impregnada de recelo surge una vocecilla que dice –¡…no compres!- , pero otra voz, la optimista de siempre dice ¡prueba!, ¡la oferta es buena!. Optamos por comprar, comprar un paquete, sólo uno,…. probemos, probemos, a la mesa…y un ¡ajjj… ¡ , un filete podrido, ¿cómo diablos tanta mala suerte?, un filete malo entre los buenos, ¿por qué a mí?, ¿seré muy pecador?, ¿mi karma?, no lo sé. Aunque este último estaba bastante más pasado en general, pensé por un momento, probablemente allí está la causa de la oferta de estos comerciantes ¡liquidar, liquidar que el producto se va a………., ¡, ¡aaahhh el comercio y sus movimientos!.
Y así pasó el tiempo, como en los cuentos, los días fueron semanas, las semanas fueron meses, un buen día encontré nuevamente el buen pescado congelado del envase rojo, allí estaba muy tranquilo esperando en su vitrina refrigerada, como dice Serrat, “… con la mirada lejana y roja
que sonreía en un escaparate … con la boquita menuda y granate…” , una avalancha de buenos recuerdos se vinieron a la mente, y con ellos los fines de semana que pasamos juntos, acompañados del buen vino, lo compré y bien, bien, bueno.
Finalmente, como para saber quién era capaz de venderme un pescado congelado pero en buen estado, que comerciante de buena tela era este, mire, vi los rótulos, entonces me doy cuenta que era extranjero, aquel pescado que pensé tan nacional, tan nuestro, y por quien hubiera apostado, era comercio extranjero,¡ ahhhh el comercio…!.
sábado, 26 de mayo de 2018
Trincheras
Fotografía de https://es.wikipedia.org
Como todos los mortales, también tengo sueños y pesadillas, me acuesto tranquilo en brazos de Morfeo esperando pasar una buena noche, pero de improviso me traslado a mundos bizarros, vagando por todo tipo de ambientes y escenarios, este es uno de ellos.
Estoy intentando visualizar una huella por la cual escapar, quiero encontrar la ruta que llaman el “camino de los sabios”, me imagino desde esta incómoda postura que debe ser una línea muy delgada, finísima, por ello estimo que al encausar los pasos por ella es recomendable caminar como un gato por la cornisa, atento y concentrado.
Aunque estoy absolutamente sin tiempo ni lugar, perdido en mi existencia, sospecho que si ese camino existe debe ser una huella difícil de seguir, es mucho más fácil caer nuevamente a este lugar en que me paso la vida, luchando de malas ganas, tirando algunos disparos por aquí y otros por allá. Todos por aquí somos habitantes de trincheras, son en estos espacios malolientes donde se pierde la humanidad, la calidez de los sentimientos y el sentido de la lucha que damos, estos surcos son nuestros hogares, un absurdo, y el mundo está lleno de ellos y siguen aumentando porque cada día hay más enemigos con quien luchar. Tampoco podemos dejar las armas ni el estandarte porque además de estos enrarecidos ambientes no hay donde ir.
Especulando sobre esa ruta que todos tenemos como esperanza, e imaginamos como una realidad, podría tratarse de una huella que nos han dejado como regalo grandes hombres y mujeres que han pasado por aquí; sus pensamientos, su tolerancia y hasta sus deseos de un humanismo sincero hacen pensar que se trata de un buen camino a seguir, sin embargo debe ser una huella débil, difusa y hasta los vientos deben conspirar para sacarnos de ella. Quien logra moverse por allí debe ser estoico, contestador, y muy consciente que ese sendero es una realidad alternativa, un mundo aparte, lo real son los proyectiles que sentimos que cruzan sobre nuestras cabezas.
Subirse a ella y mantenerse allí reptando como serpiente y con la mente muy despierta para evitar caer nuevamente es un desafío que me revienta el seso, menudo problema, todo esto quizás tenga que ver con la supervivencia de “algo” más que el puro cuerpo. Una vez leí de Walter Riso que - uno (yo como individuo) no se debe entregar a algo o alguien para que lo domine y se apodere de su mente, eso es una forma de suicidio psicológico - , y pareciera entonces que cuando caímos en estas trincheras, no sólo nosotros, todos, cometimos un tipo de suicidio, quizás estamos más muertos que vivos por estos espacios de desesperanza.
Vivir en las trincheras que se multiplican hasta donde alcanza la vista no nos permite ni siquiera imaginar esa delgada huella salvadora , es bastante difícil, tengo la sensación que evolucionamos a algo parecido a topos, quizás hemos perdido la visión, además se nos entorpece el cerebro y no se puede apreciar el campo cercano ni la perspectiva porque un proyectil puede volarnos la cabeza, además se debe vivir de rodillas, por aquí todo el mundo lo hace, estamos falto de aire, y sujeto a órdenes de un alto mando que debe estar en alguna parte.
Quiero imaginar mientras sostengo un jarrón con un líquido tibio y amargo, que al caminar por tan estrecho sendero debe preocupar tambien, caer en los bolsones de idolatría, abundan, han aparecido como los hongos por aquí, cada uno de ellos te ofrece un momento de paz, de descanso, pero en realidad son proyectos u utopías carentes de realidad, ¡representaciones culturales dirán algunos¡ , digamos su verdad, nada más que tramoyas dibujada y aceptada por algunos o muchos, recuerdo una máxima que dicen que decía Marco Aurelio, “ …Mi toga imperial no es otra cosa que una lana teñida con el color de unos mariscos…”, al parecer las verdades son bastante más prosaicas que las grandes ideas que nos hacemos de ellas, son puros cuentos.
También debe suceder que al caminar sobre estas trincheras embarradas y hediondas a muerte, debe alejarse esa sensación que nos martilla la mente, ¡hay que darle duro a esos que han tomado líneas separadas o claramente en oposición a lo que piensas!, ese martilleo mental nos lleva a creer que el triunfo nos permitirá marcharnos de estos ambientes infernales, ¿pero será así?, lo estoy dudando, probablemente es infantil pensarlo, lo más probable es que lo que llamamos victoria no sea más que una ilusión, un sinsentido , ¿pero que sabemos nosotros?, la verdad probablemente fue víctima de tanto intercambio de proyectiles.
Quiero pensar que en las innumerables trincheras a ambos costados de esa ilusoria y delgada huella que serpentea el soñado camino a casa, los otros también deben estar preguntándose estas mismas cosas, pero mientras lo hacen se posicionan y nos impiden avanzar según lo que sabemos, según lo que nos han dicho nuestros activistas, esa soldadesca ordinaria de más allá nos ponen difícil el día a día, mucha gente está “punchando” por “avanzar”, es cierto, pero los que nos frenan , los que nos hacen retroceder , o aquellos que nos quieren obligar por la fuerza ir hacia estadios civilizatorios equivocados, o peor aún, los que no quieren ir a ningún lado, son legiones.
Quiero imaginar que al caminar en esa delgada huella que se desplaza allá arriba entre las trincheras sucede algo mágico, los proyectiles aunque te tocan no te hacen daño, no eres el enemigo de nadie y no tiene sentido atacar a nadie, solo procuras avanzar en el camino al hogar donde te esperan los que te quieren desde el principio de los tiempos. Al final pareciera que nadie de nosotros está ganando nada, por eso quiero subirme a esa huella, caminar, reptar, no me importa, sin embargo llevo tanta carga encima que sueño que resbalo una y otra vez.
Entonces llega el amanecer, me despierto y noto que he sudado mucho, me levanto y voy al baño pensando que esa realidad no es la que vivo, pero inmediatamente dudo de todo, no lo sé, mientras me mojo la cara y me miro a los ojos en el espejo, no me reconozco, soy otro y yo al mismo tiempo, el que se queda y el que se desvanece, quizás estoy transitando por otro sueño, algo me dice que luego tengo que encaminar mis pasos a la trinchera. ¿Qué pasará con los otros?, me gustaría saberlo.
domingo, 20 de mayo de 2018
Autoridad, ¿podemos vivir sin ella?
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A propósito de la reciente llamada a Roma de la totalidad de los líderes del clero chileno para abordar conocidos problemas relacionados con abusos y encubrimientos, una pregunta relacionada con el ejercicio de la autoridad surge en medio de la reflexión sobre el caso, ¿autoridad, podemos vivir sin ella?.
Posterior a la reunión con el “jefe”, la reacción de varios clérigos de alto rango fue bastante conciliadora, y en algunos casos me pareció que el llamado de atención pudo haber afectado el pensamiento y las convicciones personales de manera angular de parte del clero, o quizás se manejaban respuestas pulidas, trabajadas y destinadas al grueso de la población, no lo sé.
Sin perjuicio que todo esto estuvo muy publicitado, quedó en el aire que la autoridad en esa organización religiosa aún tiene las riendas del poder, y aunque muchos no concuerden con el tipo de gestión que está llevando a cabo, sienten en sus fueros que hay una autoridad a quien respetar y esta por sobre ellos.
Respecto a este tema, desde que tengo recuerdos la autoridad esta siempre en tela de juicio, en mi caso, que me declaro republicano y demócrata la autoridad es relativa, por lo tanto, en los temas estrictamente públicos o donde esa autoridad sea generada por voto popular, creo en la necesidad de una autoridad temporal que tome decisiones adecuadas en beneficio de todos, pero no a costa de su beneficio personal, aunque reconozco que esa premisa puede ser una ilusión.
Por otra parte, es fácil constatar que una vez que la autoridad se constituye, en muchas personas se crea una especie de anticuerpos contra ella, es algo inmediato y quizás en la mayoría de los casos opere el EGO y la envidia, lo cierto es que el cuestionamiento a los méritos o a la compañía (“amiguitis”) que fulanito arrastra hasta el poder genera escozor, produce algo de acidez.
Pero desde otro enfoque, desde la mirada fría de la organización, es de simple lógica que se requiere siempre una cabeza que la dirija, que la oriente y maneje los esfuerzos colectivos internos e intente alcanzar objetivos, objetivos que deben ser claros y de beneficio para todos quienes participan en la organización y no para algunos, es decir, sin cabeza o con una multiplicidad de estas como muchos anarquistas postulan, al parecer ningún organismo funciona, solo se consigue una masa desorganizada generando a ciegas entropía y caos.
La autoridad es necesaria, el problema es que la autoridad que generamos no es más que una investidura de uno de nosotros, por lo tanto él o ella pueden alcanzar indicadores de ética, moralidad e intenciones normalitos , hacia el lado positivo o el lado negativo de la fuerza, son unos mortales más, no unos extraterrestres ni un hijo/a de los dioses, todo el mundo sabe eso y consecuentemente en su mente se proyecta al ¿cómo lo haría yo?.
Pienso que la soledad del poder debe ser terrible, cada sujeto investido debe ver en su entorno un “ Brutus” que espera la ocasión para apuñalarlo por la espalda, o imagina en sus sueños de alguien viene a envenenar el pollo del almuerzo, sin dudas debe haber un estado de intranquilidad permanente, es quizás por eso que algunas personas cambian tanto, se alejan de lo que eran para transformarse en personas lejanas, estereotipadas y en mi percepción de las cosas, ajenas a la realidad, porque rápidamente gestionan una especie de globo que los/las protege, pero al mismo tiempo los/las aísla.
Por otra parte, quienes se acercan a colaborar en el entorno inmediato, en el “círculo de hierro”, también pueden verse transmutados, las personas cercanas al poder también sufren cambios, siendo en casos extremos verdaderas cofradías protectoras en contra de todo agente externo, tienden a formar entre ellos unas barreras de rechazo en contra de las fuerzas del equilibrio del poder, de las contrapartes fiscalizadoras, aquellos que tienen la misión de velar que este “no se escape con los tarros” , a mi juicio tan vitales como el poder mismo.
La historia de la humanidad está llena, repleta de estos casos, y además de intrigas y todo tipo de planificación para sostenerse en el poder, para no perderlo, para controlarlo todo. Pero nuevamente, sin poder, sin autoridad, el caos está servido, y cuando ocurre el llamado “vacío de poder” , este tiende a llenarse de todo tipo de sujetos de la peor calaña y sedientos de poder, en esos casos, “todos se escapan con los tarros” y la vida misma es una ruleta rusa.
¿Autoridad, podemos vivir sin ella?, pienso que no, aún con todo lo que sabemos o podemos intuir sobre ella, estamos condenados, debemos aceptar el hecho que alguien debe dirigirnos y encabezar la organización en que nos encontremos, el desafío es apoyar a las personas correctas, y eso implica conocerlas, un ejercicio que cuando son contextos masivos es muy difícil, pero aún cuando la conozcamos, no podemos evitar que esta cambie, por ello debemos siempre procurar la existencia de la fiscalización y la revocatoria de la autoridad cuando esta decididamente se “arrancó con los tarros”.
Al finalizar, la situación que presenciamos respecto al clero chileno mostró el ejercicio de la autoridad, y lo que ocurrió al ejercer medidas disciplinarias correcta o incorrecta sobre unos asuntos que le competen, hizo que la organización se sacuda y se replanteen maneras de actuar, pero sobre todo, el ejercicio de la autoridad nos demostró a todos que siempre debe haber alguien quien manda y otros que obedezcan.
domingo, 13 de mayo de 2018
Tejo pasado
Hace algunos día escuchaba atentamente el discurso de una activista por ciertos derechos sociales, al principio estuve de acuerdo con lo planteado, parecía una honesta lucha por hacer ver y poner en valor unos esfuerzos, unos derechos sobre ciertos espacios urbanos que se había alcanzados con mucho sacrificio colectivo y, que ahora aparentemente no se respetaban.
Sin embargo luego de una muy buena introducción y perfilado del tema, el discurso tomó otro giro, otra dimensión del asunto para caer en el abuso, en la exigencia de derechos que rayaban en la discriminación positiva y en el absurdo, es decir tomaba para sí prerrogativas que otros en igualdad de condiciones no pueden alcanzar, “se pasó el tejo”.
El tema es que estas prácticas parecen cada día más habituales en nuestro país, al inicio se presenta un grupo con unas reivindicaciones que a todo bien nacido le suenan al oído de lo más justo, apoyamos, con un muy bien intencionados ¡que les vaya bien!, pero a poco andar , "se pasó el tejo", aquella reivindicación en realidad era más…y más. El problema es va quedando poco espacio y recursos para los otros que estaban esperando turno.
Esta práctica probablemente es propia de nuestra idiosincrasia, no lo sé, pero esta tan imbricada en nuestra forma de actuar que la notamos presente en todo tipo de negociaciones, estamos acostumbrado a ver que poco importa el límite de aquella reivindicación verdadera, cierta y hasta noble, y donde ese límite se sobrepasó, donde se transformó en abuso para alcanzar ganancias a partir del discurso inicial.
Los actores en oposición siempre se predisponen para ese escenario de conflicto, entonces sin excepción este se produce, y allí probablemente entra en juego otra de nuestra joyitas, “a rio revuelto……..”, el problema es que esa situación también nos quita la paz social, nos aleja la expectativa de una negociación de buena fe y tiene efectos colaterales complejos.
Estimo desde mi esquina que el “ tejo pasado” afecta a todos los procesos de reivindicación y negociación en nuestro país, como resultado tenemos que aquellos objetivos que se proponía alcanzar finalmente no se consiguen, y quedan heridas abiertas que vuelven a abrirse en el siguiente encuentro, pienso que en parte importante eso ocurre porque quedó afuera la nobleza de buscar aquellos objetivos a los cuales realmente tenemos derechos.
Parece utópico que esta situación pueda cambiar, es parte de un juego de “vivos”, es más, en el desarrollo de los muchos conflictos sociales que hoy enfrentamos podríamos descubrir con cierta tristeza que unos cuantos ocultan objetivos espurios, intereses ocultos y maquillados muy hábilmente en el “tejo pasado”, unos modernos caballos de Troya que cuando son descubiertos es ya muy tarde.
Al final, la reivindicación con la cual inicié este texto me pareció muy válida, y pienso que muchas de las luchas sociales que están desarrollando allá afuera también lo son, pero muchas de ellas se notan sobrecargadas, con exceso de peso, gorditas. Quizás si fueran algo más reales sus propias musculatura les permitiría hacerse realidad, eso es solo una suposición, pero puede ser.
domingo, 6 de mayo de 2018
Frente a una hoja en blanco
imagen desde https://pixabay.com
Frente a una hoja en blanco y escuchando de fondo la estupenda versión de Carmen Mc Rae para “The Shadows of your smile” pienso tantas cosas sobre mi propia existencia y las circunstancias que me rodean, especialmente aquellas que no comprendo o siento algo fétidas, que no me queda más remedio que escribir algunas de ellas, esto es algo muy parecido a una catarsis.
Pienso por ejemplo que el tiempo sigue pasando para nosotros, seres “raros” en este planeta, así las cosas continuamos avanzando en la civilización, somos hoy más reconocidos por nosotros mismos como “ personas”, más individuos, tenemos más derechos y quizás nuestras vidas tengan algo más de valor que antiguamente, también somos individuos más y mejor informados por todo tipo de medios, sin embargo creo que no hemos podido eliminar la imbecilidad, el dejar de ser imbéciles, la imbecilidad se ha fortalecido tanto que está diezmando las filas, cada día veo más gente que cae rendida a sus encantos, que pasa a formar parte de esas huestes, yo en realidad no sé si también estoy infectado, algo de imbécil tengo que tener y me preocupa..
Intento buscar alguna figura histórica que me brinde cobijo intelectual entre sus pensamientos, entre las hojas de sus textos, en la lectura a veces aburrida de sus ideas, y lo que encuentro por cantidades industriales son caricaturas, figuras grotescamente dibujadas frente a las realidades complejas que percibo, sin embargo muchos adhieren a esos monigotes de trapo que se presentan como grandes propuestas, como el súmmum del avance humano. Unas buenas ideas de cambio podrían hacer la diferencia, pero tendremos que esperar, sospecho que las ideas de cambio verdaderas han sido suplantadas por otras que fueron construidas para meta-mundos propios, están basadas en realidades inventadas, el EGO se apropio del ente pensante y de sus trabajos.
Miro los conflictos políticos y me doy cuenta que no tienen solución, las gentes son diferentes, unos piensan en positivo y otros en negativo, así de sencillo, no hay posibilidad de entendimiento porque cada bando probablemente esta “seteado” desde su nacimiento, recuerdo haber leído que los genes son los responsables de entre el 30 y el 60% de nuestras actitudes sociales y políticas, ¡plop!, estamos formateados, condenados, no nos podemos poner de acuerdo, por lo tanto esas luchas continuarán y cada soldado tomará su lugar…mientras viva, y si hay reencarnación quizás le toque en la próxima estar en el lado contrario, esto tiene la apariencia de un juego macabro.
Otros de los puntos que intento alojar en mi pensamiento es el cuestionamiento sobre si hay o no espiritualidad, se trata de intentar saber si en este artefacto hecho de carne, huesos, tendones, sangre y un cuánto hay de fluidos y combinaciones orgánicas, física, químicas y eléctricas, hay otra dimensión, aunque sea un apéndice medio muerto, o un anexo sin mantención, y entonces me encuentro con una enorme cantidad de discursos de iluminados de todo tipo, algunos muy atendibles y unos pocos me hacen ¡click! , pero con decepción anoto en mi libreta que gran parte de esas “ayudas y auto-ayudas”, son solo una impresionante producción de espuma.
Finalmente y para no aburrir, me pregunto si pensar estas cosas tiene sentido, porque a veces tengo la sensación que soy como el pollo en la jaula, algún día mi destino se cumplirá y seré parte de la nada que sigue a la vida del pollo, excepto por supuesto de algún eructo de alguien que se lo comió como “Nuggets” .
viernes, 13 de abril de 2018
¿Por qué creamos ambientes urbanos tóxicos?
Para sintetizar en unas cuantas imágenes lo que es Chile hoy, el turista que nos visita captura en fotografías algunos lugares centrales de Santiago, principalmente partes de Santiago oriente, según sus propios comentarios la urbe ultra moderna latinoamericana muestra en esa porción de su paisaje urbano su pujanza, su desarrollo inmobiliario, su oferta de servicios, el cuidadoso manejo paisajista del espacio público y otros avances en redes y sistemas de transporte.
Sin embargo hay otro Santiago, a pesar que la llamada pobreza multidimensional en el área metropolitana del Gran Santiago borde un 20 %, probablemente un 60 % del área urbana metropolitana tienen un paisaje urbano muy diferente, ese paisaje urbano está construido en parte importante por viviendas de construcción pública y de autoconstrucción de bajo costo, son áreas densamente pobladas y carentes de parques, de espacios públicos de calidad y en algunos caso, como en aquellas comunas del sector sur, el color del paisaje urbano tiende al gris.
Es fácil advertir que hay una separación física entre los diferentes sectores socio-económicos en las ciudades nacionales, se trata de la segregación urbana, un concepto que tiene como soporte oculto la valorización del suelo urbano, y que informa donde el espacio urbano y las cosas tienen valor y donde no, eso se traduce en un mapa conceptual para el inversionista y para el desarrollador inmobiliario, así las cosas, y aunque bastante lamentable pero realista en la sociedad en que vivimos, se vive en el lugar que se puede costear, y aquellos de menores recursos, los muchos, dan forma al paisaje dominante en la ciudad, y en ese paisaje dominante la vivienda social es su grano base, su esencia, es el sello de la ayuda del estado para el habitar familiar.
Se sabe por la historia - y con el mérito de ser muy temprano en la vida republicana, (la Ley de habitaciones obreras en Chile es de 1906)- que el estado de Chile se ha preocupado de generar vivienda para los sectores de bajos ingresos, es una ayuda que es una tradición, ello ha significado ir mejorando paulatinamente las condiciones de higiene y de hábitat para muchos compatriotas que de otro modo, vivirían en condiciones muy precarias.
El esfuerzo estatal es meritorio, las metas también lo son, lo mismo que la continuidad de los programas y aún los esfuerzos que cada familia involucrada en los sucesivos programas de vivienda, lo que no lo es, es la falta de programas pilotos, de innovación y aún de puesta en marcha de programas que tomen en consideración los muchos estudios sobre la vivienda social y sus problemas, y se aplique un giro de timón, en pocas palabras, se echa de menos una evolución más enérgica.
Por muchos años se ha preferido el camino cuantitativo, es decir hacer más viviendas, pero la parte cualitativa ha quedado quizás en los deseos de muchos arquitectos e investigadores, el problema es que durante la ejecución de los programas de vivienda, digamos desde los últimos 60 años, se han generado en el país extensas zonas urbanas con ambientes tóxicos, partes de ciudad en que la monotonía del paisaje, la homogeneidad del segmento social que allí habita, la falta de equipamiento, la calidad de la infraestructura, la carencia de espacio público y la fabricación seriada de viviendas de muy baja calidad y poca superficie, ha derivado en zonas conflictivas, unas áreas complejas desde todos los enfoques.
Quizás si esto fuera el actuar del aparato público por un tiempo especifico, hoy estaríamos pensando en cómo revertir esos resultados, interviniendo, demoliendo, quizás densificando y mejorando al recuperar ciudad, pero lo que vemos en las ciudades es que se sigue construyendo más de lo mismo, se está aumentando la superficie urbana con la misma receta.
Si se actuara con pragmatismo, al menos se podrían considerar abordar algunas recomendaciones, en primer lugar la prefabricación de estructuras y sistemas adecuados para la vivienda colectiva, además de una variedad de tipos de cerramientos y definiciones cualitativas del espacio arquitectónico, para ello es necesario incentivar , desarrollar o comprar tecnologías, se trata de ocupar la capacidad técnica que tenemos y las materias primas con que contamos, si esto fuera posible, los costos unitarios bajarían y quizás podríamos ser potencia exportadora hacia nuestro vecinos que tienen los mismos problemas en vivienda de bajo costo, en segundo lugar me parece que esta la situación urbana, en realidad una vivienda es solo una parte del problema, es el medioambiente que se construye el verdadero problema, si esto se abordara con mínima racionalidad y aplicando todos los conocimientos que hoy tenemos sobre medioambientes urbanos sanos, entre ellos el de la ciudad compacta, los resultados debería mejorar y también las estadísticas asociadas, un tercer aspecto es la movilidad, esto implica estudiar, innovar y dotar de medios que permitan a las personas moverse dentro de un abanico de posibilidades.
También se podría explorar con decisión el mejorar la condición del hábitat familiar posibilitando la migración de los grupos familiares a otros contextos urbanos mejores, pienso que la idea de la “casa propia” es nefasta, ese slogan aplicado a rajatabla ancló a miles de chilenos a ambientes tóxicos y muchos han pagado con la vida de sus hijos esa relación, no hay escape posible, se ha obligado a vivir en esos contextos sin importar los méritos que se tengan.
El desafío es enorme, se trata de romper la inercia que se arrastra por años, y consiste en cambiar una manera gastada de “hacer” y que deberíamos abordar con urgencia, en las condiciones actuales seguimos creando medioambientes tóxico y con el potencial de amplificar todo tipo de problemas sociales, partiendo de la ruptura del núcleo familiar, el hábitat de las actuales vivienda no es capaz de contener los diferentes intereses de los núcleos familiares y sus integrantes deben salir de la vivienda para no sofocarse, pero afuera no hay nada, no hay oferta que los espere, no hay lugares donde acudir.
Quizás haya que partir con experiencias piloto, con una estrategia nacional, pero hay que hacerlo, aunque deriven en fracasos, hay que hacerlo, y quizás con las experiencias obtenidas se puedan abordar nuevamente, la idea es recuperar esos contextos tóxicos y no crear otros, es hacer ciudad para todos, con la ayuda y las ideas de esos “todos”.
viernes, 30 de marzo de 2018
No tengo porque estar de acuerdo con lo que …
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Un destacado deportista nacional dijo alguna vez una sentencia para el bronce: “No tengo porque estar de acuerdo con lo que pienso”, parece a primera vista una equivocación, una idiotez, pero el caso es que al parecer esto puede ser cierto.
Tal vez lo que pasó en ese caso, es que fue una declaración conjunta, dos opiniones mentales en oposición se hicieron presentes, cada una dejó muy en claro que no estaba de acuerdo con la otra, y aunque es algo extraordinario, quizás sea un momento de lucidez.
Pensar algo es un asunto interno, ocurre en los vericuetos del cerebro, allí en lo más profundo de nuestros procesos mentales nacen los pensamientos y si no son expuesto de alguna manera hacia “afuera”, ahí se quedan, no es posible conocer el pensamiento de los otros a menos que lo expongan, ahora sí ocurre en esa exposición un “no estoy de acuerdo”, podría significar, si no estamos enloqueciendo al analizar la sentencia ni hemos fumado nada, que hay otra parte del pensamiento que levanta otro discurso en oposición, porque al final del día todo ocurre allí adentro, tiene la apariencia de una doble personalidad, y pienso que eso es lo que es, una doble personalidad.
“Vicios privados, públicas virtudes” es una película dirigida por Miklós Jancsó del año 1976, y esa idea es al parecer la resultante de este conflicto mental, una fachada hacia afuera, una que tiene mejor "performance" y "look", y otra realidad hacia adentro, lamentablemente por la evidencia que conocemos todos los días, esto resulta en una práctica rutinaria en muchos círculos sean estos importantes o no, en muchos contextos los discursos y cierta tendencia a pontificar se estrella luego con la evidencia de lo que conocemos , y que fue oculto por un tiempo.
Hace algunos días cayó otro gobernante latinoamericano que prometía una lucha frontal contra la corrupción, su discurso, esa parte de su pensamiento expuesto a todos era un noble pensamiento, pero en su mente surgió esa otra parte que no estaba de acuerdo con él, y sí, como en estos casos de oposición, estaba dispuesta a jugar el sucio juego de la corrupción.
Se ha visto a lo largo de los años que personas cuyo discurso en el púlpito era de respeto a la inocencia, de fuertes valores y de un dominio férreo de sus instintos animales - algo que suena un poco extraterrestre - pero que además mostraban una cálida protección y cuidado con los que de ellos dependían, pero tenían un oponente formidable en sus mentes, esa contraparte que no estaba de acuerdo se levantaba como una bestia furiosa y estaba ganando la controversia, en muchos casos hacía años, llevando finalmente a convertir ese desacuerdo en un asunto triste, bizarro.
¿Cuántas veces no estoy de acuerdo con lo que pienso?, preguntarse eso podría ser un síntoma severo que nos coloca de candidatos a una lobotomía, pero pienso que si ocurre hay que hacer urgente un proceso de sincronización, hay que intentar hacer vibrar la masa pensante en un mismo rango de frecuencia.
Cuando lo vemos de esta manera se puede entender muchos comportamientos del entorno, y que le ocurren a cualquier hijo de vecino como algo cotidiano y normal, gente que en un primer momento nos trata con una calidez tan grande que pensamos estar muy acogidos, muy a gusto, para luego ver cómo nos ignoran, no nos conocen, no ponen una pared de hielo, sin ser una eminencia en procesos mentales se puede evidencia al menos que en sus cerebros ganó el pensamiento que nunca nos quiso, aquel pensamiento que le importamos un carajo, ese jugador fue más hábil que el otro que sí nos tenía estima, es cruel, pero al parecer es así.
Quizás haya que reivindicar a aquel deportista nacional a quien han lapidado por sus dichos, en la reflexión se puede constatar que son muchas las circunstancias y situaciones en que se descubre que se hace algo contrario a lo que se piensa, no hay sincronía, esta se pierde por alguna razón que tendrá que ver cada uno, así las cosas, este es un texto para pensarlo y defenderlo de ese otro yo… que es muy hábil y le gusta ganar.
miércoles, 7 de marzo de 2018
¿Encasillado…yo?...
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A veces tengo la sensación que estoy conversando con ...¿un intolerante?, el dialogo se vuelve algo áspero, tenso y parece imposible salir de cierto pantano en que nos hemos metido, y aunque trato de aplicar buena onda, o al menos no alzar la voz, me doy cuenta que se nos sube la temperatura, en palabras de Juan Luis Guerra y los 440, se nos sube la “ bilirrubina”, pienso entonces que ello ocurre porque tal vez me han “encasillado”, así las cosas, también me cuestiono si la intolerancia es un fenómeno que viene desde allá hacia acá, o también va desde acá hacia allá.
“Intolerancia” implica dureza, rigidez para mantener ideas fijas , absolutas e inquebrantables sobre una situación en particular, la intolerancia se nos presenta en muchos escenarios y es causa de conflictos , algunas veces actuamos con inteligencia, asertividad y hasta somos afectivos para expresar nuestra contradicción, nuestra visión en contrario, pero a veces actuamos como animales y embestimos a otros sin la más mínima reflexión. Me parece muy claro que en el proceso mental que nos prepara para el ataque nos “formamos una opinión” de fulanito, lo “encasillamos” (¿y etiquetamos?), porque podemos ser tolerantes en muchos temas y no pasa nada, pero podemos ser muy intolerantes en otros y si, en ese caso pasan cosas.
Pienso sobre esto, y puedo estar equivocado que no somos seres planos ni en lo emocional, ni en lo valórico, ni en los afectos, no nos manejamos en piloto automático, siempre la acción y la reacción es en “caliente”, al fin de cuenta somos humanos, nos equivocamos, pero también podemos reconocer errores, entender la posición del otro… si quisiéramos.
Desde mi óptica, señalar una actitud intolerante es muchas veces necesario, salva en situaciones de abuso y quizás de las otras lacras que le siguen, y desde esa misma óptica, enfrentarla implica un trabajo de fineza intelectual, de argumentación y también de tacto, pero acusar o juzgar a otro de intolerante es un “loop” que no se acaba, es de sentido común que quien acusa de intolerante a otro, es porque es incapaz de tolerar la opinión de ese otro, es un intolerante, a su vez el acusado normalmente es también otro intolerante, lo dijo en el siglo pasado el filosofo español Jaime Balmes “ No es tolerante quien no tolera la intolerancia.”, pero también hay que tener cuidado, conocida nuestra tolerancia - aquella que alcanzamos o tratamos de alcanzar con bastante esfuerzo, educación y hasta por experiencias propias- algunas manos oscuras pueden aprovecharse de ella, de “nuestra nobleza” y usarnos para sus fines, feo decirlo, pero es otro riesgo en este mundillo complejo y llenos trampas en que nos movemos.
Lo que ha ocurrido con el paso del tiempo, al menos en occidente o en la parte que nos toca, es que hay quienes han aprendido a disimular la intolerancia, aunque es seguro que hay muchos otros más avanzados que han logrado controlarla, y quizás hasta haya algunos ascendidos que la han eliminado por completo, que han sido iluminados o es lo que creen, pienso que ello ha ocurrido en parte por temor a la sanción social, a la educación, a la cultura, a las búsquedas existenciales, o incluso a las leyes contra la intolerancia - que a mí me parecen más bien leyes mordaza, pero ese es otro cuento- y probablemente también porque hemos visto los resultado a que esta lleva cuando se deja suelta, sin bozal y sin cordel, la intolerancia mata.
Continuando la reflexión sobre este tema, pienso que es muy difícil mantener el equilibrio entre el derecho que todos tenemos a opinar y la presencia omnipresente de la intolerancia, si alguien se atreve a opinar y lo hace desde su sincera reflexión y no para la galería, siempre puede ser acusado de intolerante sobre ciertos tópicos, ser “encasillado”, sobre todo si toma partido por algo, así las cosas, siempre hay que ver el cuadro completo, a veces se escuchan personalidades de la política nacional dando clases magistrales sobre la tolerancia, sobre el espíritu tolerante, para luego caer en la descalificación brutal de un rival político, o ironizando con caricaturas llenas de prejuicios una situación que enfrenta a sus ideas, a su esquema de mundo, me parece sobre esto que la intolerancia a las ideas o ideales políticos debe ser la reina madre de todas las intolerancias, entonces nos podríamos preguntar ¿ en ese ambiente, donde todos están “encasillados” -porque ese es el “divertimento” rutinario- hay algún discurso sincero en contra de la intolerancia?.
Cuando el fenómeno de la intolerancia colectiva estalla tenemos problemas serios, cada quien se cree con el favor del cielo para terminar de una buena vez con los que han sido “encasillados”, con aquellos que nuestra intolerancia ha “marcado”, ¿qué podemos hacer entonces?, antes que nos sumemos a las hordas de energúmenos vociferantes y nos revelemos como engendros peligrosos, mutantes producto de la intolerancia, quizás conviene poner en práctica lo que los sabios siempre han recomendado, mantener la calma, “take it easy” , bajar el volumen de quienes son más intolerante que nosotros, controlar su voz en nuestra cabeza, o al menos no escucharlos, luego, pienso que hace bien respirar profundo y analizar datos.
Estimo que mucha de la intolerancia nace desde la realidad tergiversada, o algo más propio de nuestros tiempos y que se conoce como “realidad aumentada”, un concepto que nos muestra la realidad a través de dispositivos tecnológicos y no de nuestras propias experiencias sensoriales, del “face to face”, por el contrario, lo que actualmente pasa en las sociedades humanas se parece mucho a los antiguos aparatos propagandísticos de los “ismos” totalitarios, se nos muestran unas porciones de la realidad envasada y cargada de intencionalidad para que reaccionemos y “encasillemos” a fulanito, a un colectivo, a un pueblo, a una etnia, etc., suena a manejo de comando político, pero así es.
Finalmente, y recordando a un estimado Gurú de Internet, pienso que detrás de toda intolerancia está siempre el EGO, ese enano que nos comanda la cabeza y va dirigiendo nuestro actuar en modo “malvado”, así nos aleja de la ética, la moralidad, del verdadero humanismo y hasta de la sacralidad a que somos llamados, para conducirnos en cambio a la satisfacción de los instintos, normalmente los “bajos instintos”.
jueves, 22 de febrero de 2018
Creencia tuyas, creencias mías, creencias nuestras
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Observando algunos fenómenos sociales y sus movimientos internos en nuestro país, es interesante dar algunas vueltas a un concepto sugerente, en plural, las “creencias”.
Hoy en nuestro país se evidencian movimientos en las comunidades religiosas, muchas personas se están cambiando desde el catolicismo romano tradicional a las muchas denominaciones evangélicas , se ve en algunas poblaciones un aumento de los templos evangélicos y en las estadísticas alcanzan una fuerza política y de opinión considerable, es decir se cambia de casa pero se sigue siendo religioso, “creyente”, algo respetable por cierto, y a partir de ser testigo de esa transición de muchos ex - católicos desde un redil a otro, me surge una pregunta, ¿ otra vez nos estamos moviendo?.
Iniciemos con lo siguiente, a partir de mediados del siglo pasado y más cercano a los años 70, , muchos de las antiguas estructuras de ordenación de la sociedad, fundamentalmente las religiosas tradicionales cristianas comenzaron a perder miembros, (http://servicioskoinonia.org/relat/377.htm ), las nuevas generaciones expresaron un rechazo a los antiguos dogmas y mandatos supuestamente divinos, a las “creencias” de sus padres, para derivar a una actitud menos comprometida con la continuidad y más abierta a la búsqueda, a partir de ese periodo se abrió algo similar a un cajón de sastre que ya no se podía llenar con las respuestas anteriores, las únicas, indiscutibles y esencialmente verdaderas, es decir las respuestas sobre las cuales se construían las vidas y funcionaban las sociedades. Entre las causas se puede mencionar el aporte del pensamiento europeo de posguerra, la influencia del pensamiento místico indio, la desconfianza en la política, algunos puntos de apoyo en las ciencias y la tecnología, pero sobre todo a una comprensión más filosófica de la libertad.
Esto ocurría fundamentalmente en occidente, el resto del mundo era y sigue siendo muy religioso, muy “creyente”, estos movimientos de “liberación “ tampoco eran en todo occidente, fueron visibles sólo en aquellos países más proclives a tener una clase intelectual dominante y una fuerte alfabetización, no ocurría eso en toda Latinoamérica ni tampoco era muy incidente en todos los Estados Unidos, estábamos hablando de parte de Europa y las grandes urbes de las costas norteamericana..
Las ideas del amor libre, las experiencias extrasensoriales y los cuestionamientos existenciales que venían de la Europa del 68 rápidamente se expandieron por el mundo occidental , causando el avance de los movimientos “humanistas” en las sociedades, ellos eran portadores entre otros de cierto relativismo respecto a la “vieja” moralidad y de nuevas “creencias”, entre ellas, la de los supuestos aportes de los “estados alterados de conciencia”, tanto para alcanzar otros niveles de percepción de la realidad, como para ser mejor persona y construir mejores sociedades, es decir, más de lo mismo pero en otro formato.
Entonces ,cuando se vivía en cierta utopía cultural algo irresponsable y muy ligada a la “creencia” de la sensualidad y sensibilidad aumentada de los sentidos, apareció el “New Age”, basado en la supuesta “era astrológica de Acuario” se revivieron viejos mitos de por aquí y por allá, algunos proveniente de la antigua Europa, de oriente, de las culturas africanas y precolombinas, el “New Age” comenzó a dominar y a abarcar un amplio espectro de actividades , desde la música y la manera de vestir, hasta la comida, parece que era hora, nuevamente en occidente, de redescubrir algunas antiquísimas ideas sobre lo trascendente, lo oculto, los sincretismos y ponerlos en prácticas, estábamos pasando por un frenesí de “creencias” variopintas, y muchos adscribían a ellas.
Pero nuevamente las cosas empezaron a cambiar, a finales de los noventa junto con el aumento de los contactados por los “ovnis”, muchos fueron al cine a ver la película “Matrix” , una puesta en escena que marcó un antes y un después para los nuevos gurús de internet, quienes haciendo suyas las ideas del guión y vinculando en una relación bastante voluntarista acontecimientos científicos y pensamiento mágico, dieron forma a muchas teorías de la realidad, como la relación entre la mecánica cuántica con los fenómenos paranormales, o la revisión de antiguos secretos místicos a la luz del comportamiento de las partículas subatómicas, y entonces ,¡voilá!, la “creencia” en que “todos somos energías vibratorias manejadas por alguna mente maestra”, y que “el pensamiento genera realidad” se disparó, los suscritos a estas nuevas “creencias” suman y suman, respetables por cierto, no hay problema.
Como todo cambia tan rápido, ya terminando los noventa y cerca del fin del milenio, un inglés, David Icke, comenzó con las teorías de la conspiración a gran escala, entre otros con los reptilianos y la relación con las cabezas de los gobiernos mundiales , a las que le siguieron otros reviviendo antiguas explicaciones a la ancestral relación de dominio y sometimiento en los humanos, se agregó la tierra hueca, y la conspiración que denuncia que nos sacan del centro del universo con malignos propósitos, y por lo tanto se lucha por mantener una “creencia” antigua, la tierra plana, centro del universo...
El clímax en este paquete de “creencias” y de pensamiento mágico llega con la mitología sumeria, quien nos vino a tocar la puerta y a hacer prosélitos para las guerras de los dioses Enki y Enlil , hoy muchos creen a pie juntito que esa fue una verdad absoluta, lo mismo que la existencia de Nibiru, ese supuesto planeta que nos golpea cada 3600 años, en conjunto son ideas que se pasean en muchas librerías de la mano de Zecharia Sitchin y otros, el creyente en estos casos es una persona que piensa que detrás de toda la realidad que vivimos hay siniestros planes de desinformación, no lo sé, puede ser , pero…
En medio de todo estos, se encuentran aquellos que “creen” que no tienen pensamiento mágico o religioso, que son inmunes al fenómeno, algunos se organizan entorno a ciertas ideologías de marcada ritualidad y dogma, siguen a sus héroes míticos y saludan con reverencias a sus gurús y padres fundadores, sin duda ellos cumplen con el estándar, son creyentes y además religiosos, otros actúan en grupos que se asemejan mucho a los iniciáticos, son algo similar a un alter ego del fenómeno religioso, generan grupos que se reúnen en “ clubes de escépticos”, e intentan dar a entender que sólo aquella ´porción de la realidad que pasa por el método científico y las revistas de divulgación son la “verdad” , es decir, están atentos a los nuevos tótem, consecuentemente se “nutren” de las nuevas teorías y propuestas de explicación del cosmos, de la biología y de los comportamientos humanos, ellos en sí mismo no son científicos ni pueden verificar nada, pero han decidido depositar su “creencia “ en ellos. Un tercer grupo de los "inmunes", y que se dice “ateo” se conforma con lo que sale de la boca de sus ídolos, Daniel Dennett , un filosofo de las ciencias norteamericano es un “Star” y habla a modo de un gurú, lo mismo que un biólogo inglés, Richard Dawkins, un “Superstar “, quien se mofa de cualquier indicio de lo divino causando aullidos de felicidad y aplauso cerrado entre sus seguidores, es una persona que ha alcanzado el Nirvana en el sentido de comprensión de la realidad y sus intrincados fenómenos asociados, tiene claro que somos y a dónde iremos, a ninguna parte, sólo somos vehículos desechables de nuestro genes. Ellos son algunos de los nuevos iluminados y sus “creyentes” suman y suman en cada visita a las universidades.
Pienso que detrás de todo esto hay una necesidad de la cual no se puede escapar, las explicaciones que han generado los movimientos y el mismo avance científico en estos últimos cincuenta años no son más que un reflejo de lo que ha ocurrido en la historia humana, las convicciones profundas que se alcanzan con las religiones clásicas, con algunas ideas, con algunos iluminados, con vidas ejemplares, con la investigación y hasta con algunas explicaciones cibernéticas, nos permiten dar respuestas a cuestiones fundamentales y por lo tanto nos mantienen alejados del suicidio colectivo, la necesidad de poner en algún lugar la “fe”, hace que parte importante de nuestra vida gire en torno a “creencias” y/o sus muchos alter ego como la religión, y con ello aceptamos “verdades”, literatura sagrada, discursos, ritos, ídolos, y muy principalmente los mensajes de esperanza o desesperanza, aunque esto último me parece algo masoquista.
Al parecer todos necesitamos una suerte de anclaje a algo seguro que nos permita vivir tranquilos, así, compramos entre otros la idea de trascendencia, de vida después de la muerte, de mecánica cuántica, o que al menos los genes sobreviven como última apuesta , por lo tanto no importa si las explicaciones vienen desde la profundidad de la historia humana, del laboratorio, de una idea genial después de un café o de un nuevo sistema de clonación, sirve igual, como señalaba por ahí un autor “youtuber”, “necesitamos que alguien o algo nos salve, no importa qué, pero que nos salve”, en ese caso, creo que es imposible estar fuera de una “creencia”, cualquiera que esta sea.
jueves, 15 de febrero de 2018
…¡Sólo queremos justicia…!
https://prensa.resumen.cl
¡Cuántas veces he escuchado estas palabras en los últimos años!, en algunos casos por padres deshechos por el dolor , o de familiares, amigos o simplemente conocidos que piden con las manos apretadas y nudo en la garganta: justicia, justicia, todos queremos justicia ,pero ¿qué es eso?.
Isidora González, una joven mujer punk natural de Concepción fue asesinada y posteriormente descuartizada, su cuerpo apareció por partes y durante un tiempo fue un puzzle, gracias a que tenía un tatuaje fue identificada en un plazo razonable de tiempo, mientras se buscaba al asesino sus amigos hicieron algunas marchas exigiendo “justicia” para “La Dorito” como le llamaban, un buen día la policía dio con el supuesto asesino, su última pareja, Guillermo Atenas, sin embargo muchos quedamos ¡plop! cuando su abogado defensor , un profesional pagado por todos nosotros sacó un “as” bajo la manga, el asesino no podía ser juzgado por estar enfermo, con ello tenía licencia para matar… http://www.eldesconcierto.cl/2017/09/13/defensa-de-imputado-por-femicidio-de-isidora-gonzalez-no-esta-en-condiciones-de-ser-juzgado/.
Como este caso, han pasado muchos en estos últimos años, cuando se conocen a los presuntos criminales y la forma en que se han ejecutados los hechos, normalmente surge una defensa inteligente que derriba pruebas, descarta evidencias y logra desbaratar las acusaciones, entonces todo se entrampa, entramos a un estado en que no sabemos nada, el hilo se pierde, el caso se olvida y finalmente queda esa sensación que aquí no ha pasado nada.
En culturas antiguas el tema de aplicar justicia, sobre todo en casos criminales siempre fue una preocupación, conocemos las sentencias que exhibe el código de Hammurabi, también la exclamación fundamental de ¡justicia, justicia perseguirás! del mandamiento judío y el desarrollo de los romanos de su código penal, incluido en el derecho romano, “la justicia es la constante y perpetua voluntad de conceder a cada uno su derecho”, ello promovía el vivir en forma honesta y no hacer daños a otros. Siempre este tema ha sido una preocupación de los pueblos y las civilizaciones que nos han dominado, siempre se ha intentado buscar la mejor forma de aplicar justicia, de calmar, de debilitar esa sed de venganza natural que se genera cuando alguien hace daño, cuando comete un delito, cuando se aleja de la convivencia pacífica, cuando se actúa con engaño, con violencia, pero sobre todo cuando hay delito de sangre.
En el caso de los crímenes, el caso más extremo de causar daño a alguien porque independiente de lo que creamos o no, se aniquila la vida y su continuidad, quizás no haya algo más desalentador y que nos llena de impotencia que constatar la falta de justicia, y en nuestro país esa sensación viene “in crescendo”, incrementándose, y puede evidenciarse que es una certeza que aflora cuando se entrevista a las víctimas, deudos o afectado porque se señala, no con poca rabia interna –en este país no hay justicia-.
Hacerse cargo del problema es un tema espinoso, siempre hay temor de pecar de injusto, de ser cruel, y hasta de atacar frontalmente los “derechos humanos” de los presuntos culpables o “imputados”, y por lo tanto el tema se maneja generando humo, mucho humo para poder operar y hacer algunas mejoras por aquí, algunos arreglos por allá, e intentar calmar el clamor popular al develar una que otra “reforma”.
Siento que a nivel global hemos llegado a un punto que hemos perdido la capacidad para entender y también para aplicar lo que se ha llamado justicia, me es muy claro con el caso de las decenas de jóvenes asesinados en Noruega por Anders Behring Breivik , un neo- nazi que con sus hechos puso de cabeza al sistema noruego - muy pacifista y lleno de derechos- para buscar una forma de castigar a esa bestia humana, no sin antes concederle una demanda contra el estado noruego por no tratarlo bien.
La pregunta queda en el aire, ¿qué es justicia, qué es eso?, muchos dicen que no es venganza y estoy de acuerdo, otros dicen que no es lo que nuestras convicciones ( en caliente) quieren en determinado caso y estoy de acuerdo, otros señalan que no necesariamente implica una paridad con el daño causado y estoy de acuerdo, y hasta encontramos a algunos más filósofos que sostienen que no hay posibilidad de hacer justicia porque nunca estaremos seguros como ocurrieron los hechos, o aún más, y casi bizarro, hay determinadas circunstancias en que no hay delito, sólo víctimas a pesar de las evidencias en contra.
Para la otra parte de la icónica balanza que sostiene la mujer con los ojos vendados, el culpable de un crimen, muchos señalan que un condenado debe tener todos los derechos que goza un ciudadano normalito, excepto la libertad de movimiento, es allí donde me complico. ¿es entonces la justicia un cálculo de pérdida de libertad?, tanto matasteis, tantos años de pérdida de libertad, ¿nos compensamos con tiempos?, ¿eso somos en última instancia?, ¿y la trascendencia, el sentido de lo humano?, ¿no éramos algo más que cosas?, ¿ no debería haber también un recomponerse y recomponer?.
Me parece que escasean los debates reales, y por cierto, faltan aportes intelectuales lúcidos y provocadores más allá de los que nosotros como humildes hijos de vecino podemos hacer, pienso que falta escuchar a aquellos que han sufrido las pérdidas, también a las personas humildes y sabias, y ¿porque no?, a los mismos asesinos, sólo estamos escuchando a aquellas voces “especializadas” y a otros demagogos que parecen olvidarse del daño, del triste destino de las víctimas, de esos seres que vivían y sentían como nosotros y que quedan como residuos del vivir en sociedad, de “algo no funcional” que se deja atrás y se funde en el magma del pasado sin formas ni sentido.
En esta reflexión dispersa tiendo a pensar que hemos equivocado el camino, la justicia en los casos criminales me parece que debería ser un recomponer equilibrios que se han quebrado, y ello supone ver varias variables a nivelar, y que si no lo hacemos, corremos el riesgo de desatar la bestia que todos nosotros llevamos dentro, la maldad es parte de la construcción del humano y la venganza por la venganza es un manjar de los dioses, los narcotraficantes de otras latitudes lo saben, una vez que la bestia se suelta no hay forma de parar, bajo ese enfoque es bueno preocuparse de manera seria e intentar convocar al cuerpo social en torno al tema, estamos a tiempo, pero se trata de no manejarlo, de no imponer pensamientos envasados que han desarrollados intelectuales leyendo “Le Monde” y tomando café.
Finalmente, y a modo de epilogo, me quedan pendientes tres aspectos que han surgido en las redes sociales últimamente, y que me parece debería al menos provocar una inquietud, un darle vueltas al asunto, ¿no se resarce nunca el daño o por lo menos no se mitiga por parte del estado?, ¿cuánto daño debe hacer un individuo a otros para pensar en penas más allá de su moneda de cambio, su libertad?, y ¿deben los culpables trabajar y colaborar a sostener el sistema que los confina, o eso es sólo materia de los agobiados ciudadanos libres?.
lunes, 12 de febrero de 2018
Lavados de cerebro
http://verbalabusejournals.com
Hace algunos días conversaba en la calle con un viejo conocido, un conocido “viejo”, y me sorprendió que intentara por todos los medios de convencerme de cierta situación política que a mí no me parecía en absoluto, no discutimos, solo escuché, escuché,... y escuché, por un buen rato escuché una serie de razonamiento que comenzaron con bastante sentido común para terminar en la repetición cacofónica de slogans conocidos.
Qué habrá pasado con fulanito pensé, mientras caminaba concluí que estaba militando en algún movimiento “ciudadano”, su cambio era notorio, algo similar me ocurrió con un familiar cercano que hace poco entró a estudiar una carrera universitaria “humanista”, sólo en el primer año de caminar por su carrera su visión sobre asuntos sociales cambió angularmente, era un “otro” que ya no pensaba como yo creía que pensaba, evidentemente había sido “iluminado”.
Los cambios son inherentes a nosotros en tanto individuos humanos, no son algo malo ni siquiera una actitud que nos llame la atención, tampoco son materia de debate, cambiamos con la vida misma, a veces estamos aquí, luego allá, depende del cómo cada acontecimiento que nos ocurre sedimenta experiencias dignas de considerar y sobre todo de aprender.
Pero hay cambios en la personalidad de muchos que dan señales de “formateos”, de productos "exóticos" fabricado e insertado en la mente. Ocurre que hay cambios “trabajados” que responden a los antiguos y muy conocidos “lavados de cerebro”, esa vieja técnica que es capaz de sacarnos el cerebro , enjuagarlo muy bien hasta que no quede ningún residuo de pensamientos anteriores, e inyectarlo con preparados y sustancias extrañas para luego con delicado cuidado devolverlo a su lugar.
Probablemente a todos nos han lavado el cerebro, esta es una práctica que se ha ido masificando con el avance en las comunicaciones y se ha democratizado en la era de la información, el lavado de cerebro se ha vuelto una práctica corriente, tenemos hoy a miles de gurúes que cuentan con millones de seguidores a quienes les han realizado el proceso y son cajas de resonancia, o más bien pequeñas manifestaciones de su personalidad que marchan haciendo proselitismo, capturando nuevos candidatos para seguir lavando cerebros ya en un nivel industrial.
Es notable la presencia de predicadores de todo tipo que intentan pasar su mensaje en canales de "youtube", las tecnologías actuales permiten utilizar argumentos que van desde aquellos con algún tinte de cientificismo hasta obras maestras de pornografía mental, para escaparse hay que ser un auténtico Harry Houdini, en alguna de esas trampas intelectuales caemos, y aquellos enfoques, puntos de vistas y “verdades” los convertimos en una convicción propia y digna de transmitir.
Lavar cerebros al parecer no es difícil, estamos hechos para pensar y dejar de hacerlo, tenemos el switch en nuestro poder, por lo tanto iniciar el proceso es bastante normalito, basta algún inconformismo sobre algo, alguna situación de incomodidad y el médico que tiene la solución viene a susurrarnos al oído lo que queremos oír, luego nos lleva de la mano al centro de adoctrinamiento y todo ha comenzado para terminar quizás donde, recordemos el caso de la Alemania nazi, y tantos y tantos otros hechos en la historia humana en que pueblos completos han sido alienados.
Tengo la sensación que el proceso de lavar cerebros continua en piloto automático, sin ayuda externa, es decir nosotros mismos nos terminamos de convencer de ciertas ideas y nos vestimos de soldados sin ayuda, nos colocamos el casco, buscamos el fusil y salimos a terreno a combatir a quienes consideramos nuestros enemigos, los otros lavados de cerebro, no lo sé, pero presumo que en algunos casos hay algo de búsqueda existencial en todo esto, lo cual es una paradoja, porque una búsqueda de ese tipo supondría un crecimiento desde adentro hacia afuera y no al revés.
Finalmente puede ocurrir que lo que estoy escribiendo sea también producto de un lavado de cerebro, en tal caso ruego no tomarlo en cuenta, es un trabajo muy duro mantener el cerebro a cubierto con tanto ataque, nunca se sabe si ya se es otro “zombi”, una figura humanoide que anda dando vueltas por ahí con su mente fija en los planes trazados por alguien.
lunes, 29 de enero de 2018
Cavilaciones de verano
Se ve que ya estamos en verano, por todos lados circula gente ligera de ropas, el calor nos cocina en cualquier lugar, alguna gente conocida comienza a planificar el escape de su encierro anual, algunos vecinos duermen y duermen como osos, otros simplemente beben cervezas en forma desesperada como si esto fuera la OktoberFest.
Hay colores brillantes allá afuera, y hasta los pájaros parecen felices de que amanezca sin nubarrones, me imagino que se alegran también porque el frio haya viajado lejos a atacar a otros pájaros, y en nuestro caso, dejamos atrás ese fétido olor a parafina, la hediondez de los encierros y empezamos a deshacernos de la humedad, sin duda la mortandad de hongos debe estar en cifras record.
La estación más esperada del año, la que nos revive y nos llena de sol ya ha llegado, en la piel se siente la libertad y las ganas de hacer cosas, pero aunque parezca una contradicción, también quedamos a la deriva, porque la rutina tiene una similitud con los rieles ferroviario, nos conduce en alguna dirección y reparte tareas que le da sentido diario a la existencia. Es cierto, se requiere mucho de sumisión y actitudes sociales aprendidas en pasados remotos para hacemos el día y día, y aunque a veces tenemos una que otra rebelión interna, aceptamos horarios, tareas y todas las circunstancias asociadas a la vida laboral, sabemos por sentido común que de eso depende en parte la tranquilidad mensual.
En estos cálidos días, la falta de ese arnés en que se equilibran los otros días nos deja una suerte de desconexión que permite darnos cuenta con cierta emocionalidad que estamos vivos, que tenemos tiempo para nosotros, que podemos ocupar como queramos la jornada de sol a sol, aunque limitada, por un tiempo corto nos recuerda el calendario que continua eliminando hojas, pero ya está, la jornada “te pertenece”, con el trabajo anual la has comprado, ¿no suena a una breve liberación de la esclavitud?.
Recuerdo haber visto en Internet este video https://www.youtube.com/watch?v=PCAxHWeEmEQ, y la sensación que se siente en verano es bastante similar, correr libre por el campo, sin ataduras, sin la carga pesada que se ha llevado durante el año es para saltar y saltar, pero no somos vacas, somos humanos, y los pensamientos que vienen nos hacen cuestionarnos, preguntarnos cosas aunque no tengamos respuestas y ni la menor intención de responder nada, sólo cuestionarnos.
En medio de las cavilaciones llega una invitada indeseada, la depresión, la depre, la depre que trae sus gafas grises y una camionada de cuestionamientos y reflexiones profundas porque de algún modo sentimos el paso de un año a otro, ¿vendrá el otro año igual?, ¿o peor?, ¿dónde iremos a pasar algunos días?, ¿qué buscamos realmente para dejarnos caer, o cómo podemos descansar?. No sólo las lucas y un posible endeudamiento comienzan el baile en la cabeza, también aparece con su pandero la salud, ese dolor algo complicado por aquí, esas molestias por allá, pero quien se lleva las palmas de primer solista en las cavilaciones es esa sensación que otro año se ha ido y estamos igual.
Aunque somos gregarios y tendemos a adecuarnos a esas tareas grupales, sociales y contractuales que se enfrentan durante el año, el verano nos permite visualiza cambios, planificar algunas ideas que al menos nos cambien de posición en la navegación, e intentar dirigir el barco y que los otros nos ayuden, es decir, realizar los proyectos propios y no continuar realizando los proyectos de los otros, pero en la evaluación anual mucho de nosotros concluimos que deberemos seguir en el mismo estadio anterior, quizás un poco más sabios, pero no dirigiendo el barco.
Dirigir el barco puede ser una utopía, quizás nadie lo pueda dirigir realmente y todos sin excepción somos parte de la tripulación, pero ese sentimiento es un deseo interno siempre insatisfecho, propio de nuestra humanidad, estamos hechos para dirigir nuestras vidas por lo que el panorama contrario muchas veces termina con algunos grados de depresión.
Los gurús en la materia nos dicen que no nos preocupemos, que seamos como las cañas, que nos dejemos modelar por el viento, o quizás aceptemos la idea que con nada vinimos y que nada nos llevamos, por lo tanto no conviene preocuparnos de nada, dejar que corra el tiempo y luego te irás como todos, no se vale intentar construir tu torre de marfil, de nada te servirá, otros se encargarán de derribarla.
Me cuesta pensar de esa manera, soy algo al revés, pienso que cada proyecto de vida es bueno para mí y para los otros, que cada resistencia al viento indica que estás vivo, que no eres materia inerte, y aunque posiblemente sin nada nos iremos, y aún aunque no haya aún una roca con tu nombre tallado, intentar dejar tus cavilaciones cuando el verano te acaricia la piel, es una suerte de piedra tallada.
miércoles, 24 de enero de 2018
El Cuco…
http://img.soy-chile.cl/Fotos/2012/09/04/file_20120904172602.jpg
Hace algunos días mientras sacaba cuentas e intentaba planificar la manera de enfrentar mis deudas de improviso me fui a “black”, algo gatilló en mi inconsciente un panorama negro y de improviso se me apareció el “Cuco”.
El “Cuco” es un personaje de pesadilla de los niños, eso se supone, pero a veces ese desagradable personaje se nos aparece a nosotros también, y logra asustarnos, quizás una musaraña o unas muecas desagradables con sus dientes sucios y chuecos no lo haga, pero cuando el “Cuco” nos saca un afiche de entre sus inmundos ropajes y nos recuerda la edad que tenemos, y que estamos listos para lo inevitable, da miedo, porque después de todo el trigo está maduro y ya se puede cortar, y todos los trigos se cortan sin excepción.
El “Cuco” tiene una ventaja sobre nosotros ´”los pobrecitos mortales” ( frase para el bronce de un honorable), a veces no lo necesitamos, nos asustamos solos, y en cuanto a su trabajo, probablemente muchas de sus técnicas exitosas las aprendió de los “Cucos” viejos, sus tíos- abuelos y de toda su extravagante parentela porque creo que hay muchos “ all worldwide”, y además el sujeto se va actualizando, es más, me parece que se ha inscrito en algunos partidos políticos, es demócrata este sujeto, y últimamente lo he visto muy activo en la internet y en las redes sociales.
Hay que reconocer que ha sido magistral en algunas actuaciones, el caso del “falso tsunami “ del año 2005, https://es.wikipedia.org/wiki/Falso_tsunami_de_Concepci%C3%B3n no pudo ser mejor, el “Cuco” nos demostró lo que es tener temor y salir en calzoncillos hacia los cerros, fue un plan maestro, una actuación con aplausos y para ganarse la medalla de honor de los “Cucos”.
Otra obra magistral que recuerdo nítidamente fue durante el año 2012, cuando a raíz de una profecía Maya el mundo se debería acabar con todos nosotros convertidos en algo parecido a sedimentos de carbono, el “Cuco” y sus representantes pasaron por todos lados, atendieron a cientos de programas de televisión y los muy ladinos aparecieron en cuanto medio escrito pudieron, el “Cuco” y sus huestes fueron unos “superstars”, lograron que no durmiéramos por algunos días, y con seguridad algunos ateos hasta se confesaron.
Ahora lo veo actuando de nuevo, quizás tiene unos planes siniestros que a muchos les va a tiritar la pera, goza con esto de asustar a los adultos, a los niños parece que ya no los acosa, quizás fueron más inteligentes y les dieron sus dulces de halloween, o probablemente están creyendo que al igual que el Viejito Pascuero, el Santa Claus era en realidad su tío barrigón disfrazado, no es de temer, pero nosotros no somos tan inteligentes.
El plan favorito de este siniestro personaje es no dejarnos dormir, para ello se ha encargado estratégicamente de replicar en todas las estaciones de televisión algunos asaltos espectaculares, y allí estamos, tiritando en la cama esperando que no entre el “pato malo” y sus secuaces por la noche y nos haga lo que a fulanito, al que ya hemos visto cuatro veces con un fondo de post-producción contar su misma historia, ello ocurre y es posible porque el malvado “Cuco” se lo comunica simultáneamente a todos los canales.
Creo que últimamente el “Cuco” se la está jugando con maniobras sicológicas, entre ellas con los alimentos, ya no sabemos si lo que comemos es sano o nos estamos matando, todos los días aparecen estudios contradictorios y las amenazas se incrementan o se levantan, dejándonos en un estado de temor permanente, quizás estamos cometiendo suicidio colectivo si nos comemos esas jugosas hamburguesas, quizás no, siento que la mano siniestra del “Cuco” está detrás de todo eso.
Uno de los planes internacionales del “Cuco”, o de la internacional de “Cucos” es bastante maquiavélico, les enseñó a algunos líderes políticos de la región latinoamericana que sin ellos, sin sus magnificas inteligencias, las naciones que dirigen simplemente se convertirían en terrenos desolados donde sólo vivirán los buitres y otras bestias míticas de la medianoche, por lo tanto ante el temor a esos panoramas infernales, es mejor seguir con ellos, magistral.
En cuanto a mí, el “Cuco” me complicó la vida, pero espero que no vuelva porque después de todo tiene tanto trabajo que hacer que su agenda no debe dar para más, y se debe estresar mucho, el sujeto ya tiene sus años y quizás algún día se canse de asustar a la gente.
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