lunes, 12 de febrero de 2018
Lavados de cerebro
http://verbalabusejournals.com
Hace algunos días conversaba en la calle con un viejo conocido, un conocido “viejo”, y me sorprendió que intentara por todos los medios de convencerme de cierta situación política que a mí no me parecía en absoluto, no discutimos, solo escuché, escuché,... y escuché, por un buen rato escuché una serie de razonamiento que comenzaron con bastante sentido común para terminar en la repetición cacofónica de slogans conocidos.
Qué habrá pasado con fulanito pensé, mientras caminaba concluí que estaba militando en algún movimiento “ciudadano”, su cambio era notorio, algo similar me ocurrió con un familiar cercano que hace poco entró a estudiar una carrera universitaria “humanista”, sólo en el primer año de caminar por su carrera su visión sobre asuntos sociales cambió angularmente, era un “otro” que ya no pensaba como yo creía que pensaba, evidentemente había sido “iluminado”.
Los cambios son inherentes a nosotros en tanto individuos humanos, no son algo malo ni siquiera una actitud que nos llame la atención, tampoco son materia de debate, cambiamos con la vida misma, a veces estamos aquí, luego allá, depende del cómo cada acontecimiento que nos ocurre sedimenta experiencias dignas de considerar y sobre todo de aprender.
Pero hay cambios en la personalidad de muchos que dan señales de “formateos”, de productos "exóticos" fabricado e insertado en la mente. Ocurre que hay cambios “trabajados” que responden a los antiguos y muy conocidos “lavados de cerebro”, esa vieja técnica que es capaz de sacarnos el cerebro , enjuagarlo muy bien hasta que no quede ningún residuo de pensamientos anteriores, e inyectarlo con preparados y sustancias extrañas para luego con delicado cuidado devolverlo a su lugar.
Probablemente a todos nos han lavado el cerebro, esta es una práctica que se ha ido masificando con el avance en las comunicaciones y se ha democratizado en la era de la información, el lavado de cerebro se ha vuelto una práctica corriente, tenemos hoy a miles de gurúes que cuentan con millones de seguidores a quienes les han realizado el proceso y son cajas de resonancia, o más bien pequeñas manifestaciones de su personalidad que marchan haciendo proselitismo, capturando nuevos candidatos para seguir lavando cerebros ya en un nivel industrial.
Es notable la presencia de predicadores de todo tipo que intentan pasar su mensaje en canales de "youtube", las tecnologías actuales permiten utilizar argumentos que van desde aquellos con algún tinte de cientificismo hasta obras maestras de pornografía mental, para escaparse hay que ser un auténtico Harry Houdini, en alguna de esas trampas intelectuales caemos, y aquellos enfoques, puntos de vistas y “verdades” los convertimos en una convicción propia y digna de transmitir.
Lavar cerebros al parecer no es difícil, estamos hechos para pensar y dejar de hacerlo, tenemos el switch en nuestro poder, por lo tanto iniciar el proceso es bastante normalito, basta algún inconformismo sobre algo, alguna situación de incomodidad y el médico que tiene la solución viene a susurrarnos al oído lo que queremos oír, luego nos lleva de la mano al centro de adoctrinamiento y todo ha comenzado para terminar quizás donde, recordemos el caso de la Alemania nazi, y tantos y tantos otros hechos en la historia humana en que pueblos completos han sido alienados.
Tengo la sensación que el proceso de lavar cerebros continua en piloto automático, sin ayuda externa, es decir nosotros mismos nos terminamos de convencer de ciertas ideas y nos vestimos de soldados sin ayuda, nos colocamos el casco, buscamos el fusil y salimos a terreno a combatir a quienes consideramos nuestros enemigos, los otros lavados de cerebro, no lo sé, pero presumo que en algunos casos hay algo de búsqueda existencial en todo esto, lo cual es una paradoja, porque una búsqueda de ese tipo supondría un crecimiento desde adentro hacia afuera y no al revés.
Finalmente puede ocurrir que lo que estoy escribiendo sea también producto de un lavado de cerebro, en tal caso ruego no tomarlo en cuenta, es un trabajo muy duro mantener el cerebro a cubierto con tanto ataque, nunca se sabe si ya se es otro “zombi”, una figura humanoide que anda dando vueltas por ahí con su mente fija en los planes trazados por alguien.
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