jueves, 22 de diciembre de 2011

CHAMULLOS FORMALES

Se ha sabido en estos días que al menos el Gobierno Regional del Bio Bio ha tenido problemas para gastar el presupuesto aprobado para la región, es decir, sobra plata en la caja fiscal o aún no tiene destino claro, probablemente entre otras explicaciones, la solución a este problema pasa por meter mano al complejo sistema de postulación a fondos públicos.

No sé en cuantos países se puede dar esta paradoja, hay plata y no se ha podido gastar, ¡pásenmela a mí! podría decir cualquier hijo de vecino incluyéndome, me la gastaría muy rápido y sería un placer para mi otro yo, el materialista. El asunto es que los flujos están estancados y no es primera vez que ocurre, parece ser que el asunto tiende a ser algo normal.


Dinero, dinero http://asrael-elblog.blogspot.com

Mi enfoque sobre este tema, conociendo en parte importante como funciona, es que estamos entrampados en chamullos formales, chamullos que dan trabajo a cientos de burócratas que escriben y escriben formularios y hacen todo tipo de argumentaciones, aún de la más chata obviedad para luego entrar en un complejo sistema de evaluación donde otro ejercito de burócratas revisa si las obviedades son verdaderas o se cazan la cola, se trata de un juego de tenis de escritorio, te devuelvo tus papeles porque le falta el titulo al cuadro 5.000 y tú me lo devuelves nuevamente afirmando que el cuadro 5000 era parte del cuadro 4999.

En realidad somos maestros de la burocracia, no sé cuantos conceptos de la “alta” evaluación de proyectos andan dando vuelta por ahí, VAN, TIR, VAC, PUM..., no sólo el fenómeno lo encontramos en los fondos concursables para la inversión pública, también para los fondos concursables de proyectos de investigación, y vaya uno a saber en qué otros ámbitos del intricado proceso del gasto fiscal. Cada cierto tiempo un nuevo formulario aparece para hacer más penoso el llegar a presentar un proyecto, amén de la proliferación de consultoras “especializadas” en llenar formularios y que me imagino deben gastar mucha tinta y tener una maestría en el “copy and paste” .

Se trata de la construcción de una gigantesca espuma, a veces para decir que faltan algunos asientos en una plaza pública hay que partir con la historia de la comuna, la componente de personas de la tercera edad según el género porque si no rebota, la cantidad de lluvia caída y las expectativas de exportación de madera.

Pero el fenómeno amenaza con crecer en forma exponencial, en el nuevo Ministerio de Desarrollo Social un grupo de iluminados burócratas deben estar en pleno diseño de formularios y pautas de llenado con ditirámbicas definiciones para decir de otra forma todo lo que sabemos, e introduciendo de paso otro grupo de conceptos de “alta" evaluación.

Lo curioso del asunto es que el “queque” lo cortan los políticos, es decir un grupo de personas designadas por sus tiendas para sancionar el sudoroso trabajo de muchos funcionarios de la burocracia. Podríamos suponer que existen algunos realmente impactados por la información que está en sus manos, pero lo más probable es que las decisiones se basan más en la “tincada” o la presión de sus sectores que la retorica espumosa de la evaluación contenidas en los formularios y anexos.

Es cierto que se necesitan informes de peso para tomar algunas decisiones, pero basta mirar el comportamiento del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental para sospechar que las decisiones se toman pesando las hojas de los informes y siempre mirando que opina su lado político.

“Chamullar, chamullar que el mundo se va a acabar” puede ser la consigna en todo este asunto, y claro, también da plata, porque se requiere toda una preparación para llenar formularios, por lo tanto hay seminarios, cursitos, jornadas, charlas con café, galletitas y cositas ricas, todo por la patria, todo por el buen destino de los pocos pesos que serán repartidos.

Quiero pensar que hay soluciones alternativas, más ejecutivas, más directas, al menos para los proyectos más pequeños, los de baja inversión, quisiera pensar en exposiciones rápidas ante jurados ilustrados y con conocimientos del territorio, quienes diriman sobre unas presentaciones al hueso de unos cuantos minutos. Me parece que los problemas tienden a perder su realidad cuando se disfrazan de tanto indicador, cuadritos, fotos multicopiadas y explicaciones rebuscadas.

1 comentario:

  1. Yo decía que el fuego podía ser menos malo que la sarten. No me equivoqué.

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