martes, 28 de agosto de 2012

MIEDO, NO TE QUIERO




En estos días llueve sobre la ciudad, y el frio se escurre por cada centímetro de la piel, el invierno nos visita con sus días cortos y noches largas y oscuras. A veces me parece que la lluvia helada tiene algo oculto entre manos con estos fuertes vientos del norte.

Reflexionando en estos días sobre el miedo que sentía de niño por los truenos y relámpagos invernales en el sur, me vienen a la mente recuerdos sombríos, miraba por la ventana el encendido de los relámpagos y luego escuchaba el sonido poderoso de los truenos sobre mi cabeza, el miedo me agitaba, no sabía qué o quién corría salvajemente en los cielos.

Recordando un escritor británico, Aldous Huxley, que dicen que dijo, “El amor ahuyenta el miedo y, recíprocamente el miedo ahuyenta al amor. Y no sólo al amor el miedo expulsa; también a la inteligencia, la bondad, todo pensamiento de belleza y verdad, y sólo queda la desesperación muda; y al final, el miedo llega a expulsar del hombre la humanidad misma”, el frio que invade mi espacio me hace reflexionar sobre estas palabras, sobre el miedo.

Si me acerco reflexivamente a lo que Huxley intenta explicar, se va haciendo una verdad para mí que el miedo que corre libre por todas partes, ha incrementado de manera considerable la deshumanización y ha crecido en su esencia, me parece que hasta la más fortalecida bondad se está retirando de su lado.

Estimo que el miedo es una materia prima que se trabaja, se rearma y re-construye con argumentos que perfilan, o quizás dibujan en el fondo de cualquier declaración o discurso unos parajes siniestros, una realidad horrorosa que amenaza con tragarnos y hacernos sufrir lo indecible, consecuentemente nuestro cerebro primitivo nos enciende todas las luces rojas que puede y nos obliga a tomar la dirección que se nos insinúa como la correcta.

Me parece que los gobiernos, ciertas instituciones, las fuerzas armadas, las iglesias, ciertos grupos políticos, algunos economistas etc., son traficantes del miedo, sin esa esencia finamente trabajada que permea hasta las mentes más inteligentes sencillamente no funcionan, y podrían ser desactivados por la sociedad, o tal vez entren en un proceso de deshidratación, o aún más, posiblemente no sobrevivan.

El diseño del miedo también evoluciona, quizás los argumentos de antaño hoy no funcionen porque algún grado de sapiencia se alcanza en medio de la tontería, pero entonces se reconstruye, o quizás en la tendencia más contemporánea, se amarillea o se vuelve telúrico, trafica con datos científicos tomados fuera de contexto , o posiblemente se levante como profeta en la colina más alta y nos grita a todo pulmón con indecencia grosera que estamos malditos, y que la tierra se acabará porque así está escrito en las piedras y en el cielo.

Traficar con el miedo es mantenerse muy activo en una serie de tareas, en principio levantar y mantener vivo un enemigo voraz, sanguinario y en lo posible no humano, no vaya a ser que en el enfrentamiento con nuestros iguales nos baje algo de humanidad. Algunos se auto- designan vocero de las fuerzas buenas que sugieren los caminos a seguir para escapar de la destrucción que viene detrás de ellos.

El miedo nos quita la dignidad y derechos que hemos heredados de generaciones de cobardes anteriores y que tuvieron su momento de valentía, y en ello se les fue la vida. Intentemos nosotros, cobardes contemporáneos al menos no colaborar en el dibujo del plano de horrores que se acerca si no optamos por la alternativa correcta (muy común entre los políticos), intentemos al menos no proyectar cifras negras que nos conducen a un mundo de descontrol, dudemos al menos de quien nos dice que estamos hechos de fibras de maldad, o por lo menos no traspasemos a otros las caricaturas monstruosas que circulan sobre nuestro exterminio.

lunes, 20 de agosto de 2012

LOS DOLORES QUE VIENEN DEL BYRON





Lord Byron fue un destacado poeta inglés, un romántico y decididamente vividor, viajero y dicen que luchó por los buenos, como en el caso de la independencia de Grecia del imperio Otomano.

Sucede que nosotros, chilenos, también tenemos un Byron, pero nuestro Byron es bastante diferente, es un aventajado por cuanto apenas bordea los 11 años y ha logrado titulares en la prensa y es motivo de sesudas discusiones. El problema es que este Byron, el nuestro, muy tempranamente está luchando por los malos.

Byron A.H.M, a quien nos referimos viene a representar cierto dolor interno, uterino, profundo que siente nuestra sociedad, la cual se encuentra entre la espada y la pared en un escenario que ha ido alcanzando niveles cada vez más altos de violencia, y por supuesto niveles más alto de dolor.

La notoriedad de nuestro Byron despegó cuando junto a otros dos menores de 14 años entraron a robar a una vivienda habitada, con el vehículo robado que llegaron huyeron, pero se encontraron por mala fortuna con Carabineros, luego de una corta persecución chocaron con el auto de una profesora de 53 años quien falleció en el lugar. Luego de unos cuatro meses, el Byron es detenido de nuevo, esta vez robando otro domicilio.

El prontuario del niño es extenso y se empieza a escribir cuando tiene apenas unos siete años, hoy día con once años y una veintena de detenciones es todo un record, al parecer su especialidad o su gusto personal es asaltar casas, y claro, aún está en entrenamiento de básica en esas materias y por ello probablemente registra tantas detenciones, por lo tanto es de esperar que vaya mejorando sus técnicas, mejore la búsqueda de sus objetivos y por supuesto, aumente su grado de violencia, ello implicará en el corto plazo que tendremos un avezado delincuente y aún sin alcanzar la mayoría de edad, esa condición le da en Chile al Byron una licencia para matar.

Como sociedad nos estamos acostumbrando a escuchar actos de violencia realizados por menores de edad que asumimos como niños, o por lo que nuestra mente nos dice que son niños, y es entonces cuando entramos en la contradicción vital, una contradicción entre nuestro deseo de proteger la inocencia de la niñez, quizás recordando nuestra propia niñez o la nuestros hijos, y el dolor que nos causa la destrucción y muerte que en casos como el Byron nos nuestra una niñez diferente.

Me parece que el entorno del Byron le destruyó su niñez, aniquiló su inocencia y construyó un mundo de violencia y desamor en su mente, un mundo extraño, animal. El entorno del Byron ciertamente son sus padres y hermanos, y dados los indicios que muestra el caso se trata de una familia disfuncional, una familia que no pudo, no quiso o no tenía los medios y las condiciones para trasmitir valores, para querer a sus hijos y ayudarles a imaginar un mejor futuro.

Pero en esta historia hay más, el entorno del Byron lo constituyen más personas e instituciones, el entorno en realidad lo constituimos todos, quienes aprobaron la legislación penal actual, quienes realizaron acciones para que exista un contexto urbano como Santa Julia en Macul, los amigos que le mostraron al Byron la parte oscura de la vida, los tribunales que le han dado señales inequívocas sobre el cómo opera la impunidad, el periodismo criollo que tradicionalmente busca intrincadas justificaciones para estos casos, los gobiernos insensibles e incapaces de hacer actuaciones de prevención, los gurúes que destruyen con argumentos verborreicos los valores de las sociedades, ciertos “especialistas” conductuales que justifican la delincuencia, en fin, como vivimos en una sociedad democrática, todos nosotros.

En las condiciones actuales hay una sensación de impunidad dolorosa, una falta de humanidad con las víctimas, con quienes sufren no sólo la pérdida de intimidad y bienes, sino a quienes se les arranca la vida, se mueren, se aniquila el ser, ya no están con nosotros, y con ello se impregna de dolor la sociedad entera.

Quien quiere a sus hijos los disciplina en su niñez, junto con saludarles y premiarles sus logros, aplica castigo cuando hay daños a terceros por una acción vandálica en la que se tenga certeza de su participación, los más severos aplicaran unos cuantos correazos, los más benevolentes les negarán la internet o la televisión, o quizás aplicarán una tarea obligada, pero el niño siempre sabe que cuando actúa mal, hay un resultado de su accionar, no hay impunidad.

Pienso que el Byron y otros menores que delinquen y en especial quienes son causante de hechos de sangre y violencia merecen un castigo, un castigo duro, y la sociedad aunque le duela el alma debe aplicarlo. También pienso que esos menores se pueden recuperar, pero no sin antes estar claro que deben purgar una pena. Si hay humanismo real, comprometido y no ese humanismo ideologizado, perverso y para la galería habrá también voluntad y tiempo para reeducarlos, enseñarles valores y sobre todo el respeto a la vida, quizás después de ver lo bella que esta es, respeten la vida de otros y también la suya.

Hay además una tarea pendiente con los padres de esos menores, un debate fuerte y sincero, hoy se va haciendo una moda hacer hijos y tirarlos a la calle, hacerlos carne de sus propios fracasos e irresponsabilidad y endosárselos al Estado, personas u organizaciones para que los crie, alimente y les den educación mientras se sigue en la borrachera en que han trasformado sus vidas.

Creo que es hora de dejar de escuchar a iluminados, gurúes y ciertos “especialistas” conductuales que intentan socavar el principio de justicia, creo que este es imperecedero, forma parte de los logros humanos y sobre el cual descansa toda nuestra tranquilidad, desarrollo y evolución, no sólo como personas con derechos y obligaciones sino que como conjunto de individuos que se cuidan unos con otros, la impunidad en ese orden de cosas es una receta amarga.

jueves, 9 de agosto de 2012

AAAAH.... EL RELATIVISMO

La palabra relatividad debe ser muy antigua pero se hace especialmente famosa con el físico Albert Einstein con su teoría general de la relatividad, ello significa en otras palabras que “... todo depende...” , depende el cristal con que se mire o el metro con que se mida, y claro, parece que cada uno de nosotros tiene diferentes cristales para mirar y metros para medir, entonces el objetivismo se cae a pedazos y la posición filosófica opuesta, el relativismo viene a ser parte de nuestro diario vivir, parte de nuestro aporte a la civilización, una de nuestros rasgos distintivos a la hora de evaluar los avances siglo XXI ...a fin, “ ...todo depende...”.

El relativismo se ha posicionado de todo lo que conocemos, de cada una de las supuestas rocas sobre la cual descansaban muy tranquilas nuestras construcciones intelectuales anteriores, y ciertamente nuestros comportamientos como ciudadanos, antes lo que se veía, olía y tenía aspecto de malo era malo, hoy día el conocimiento y las conductas se mueven en tal espacio de flexibilidad que a ratos pareciera que no sabemos nada de nada, y además podemos hacer nuestra sagrada gana en todos los escenarios. Cada discurso sobre algo no es más que una entelequia, un afán de sobrevivir un punto de vista propio en un mar inquieto y tenebroso más que un aporte a nuestro pensamiento o una intención de aclarar algo.

No debe ser nada de fácil hoy la toma de decisiones, es como hacer maniobras mientras todo el piso se sacude, todo está en un tipo de movimiento compulsivo que impide tener al menos un referente fuerte sobre el cual afirmarse. Las antiguas anclas hoy no sirven, simplemente porque no hay fondo donde se pueda echar anclas.

La relatividad es producto a mi juicio nuestra incapacidad de conocer la verdad, no sólo como un concepto abstracto, sino como el conocimiento certero de que algo es realmente lo que parece ser, tal parece que apenas tenemos algún grado de acercamiento a ella, a veces un poco más cerca, pero la mayoría de las veces bastante lejos, la relatividad en este estado de nuestro desarrollo vino para quedarse.



Parece que hasta ahora no hemos podido relacionarnos o al menos tener idea donde está la verdad, así las supuestas palabras de Poncio Pilatos están más vigentes que nunca ¿qué es la verdad?, no tenemos ni la más remota idea. Ciertamente la situación en tal caso tiene algo de freak, es como vivir en un mundo en que todo cuanto nos rodea tiene varios nombres, varios comportamientos y hasta varias formas de presentarse. Donde más penoso resulta el relativismo en Chile es en el campo judicial, allí la verdad siempre se ha construido, se hace una verdad a través de las declaraciones, las pruebas y un verdadero arsenal de recurso entre los que se cuentan todo tipo de manipulación sentimental, así la verdad resulta en una engendro, un Frankestein en la cual ninguno de los que ayudan construirla está seguro de que tal engendro esté vivo, si le sumamos a ese trabajo la relatividad actual, entonces no tenemos nada.

Un ejemplo en el escenario anterior son las imágenes, hoy día las imágenes no pueden servir de pruebas de nada, cada imagen se puede modificar, trastocar o rehacerse hasta mostrar lo que interesa, así, una supuesta prueba basada en ese medio es algo descartable de entrada, pero no sólo eso, como estamos lejos de la verdad, un proceso podría llegar a ser un carnaval de la mentira, finalmente a rio revuelto siempre ganan los malos.

Mucha gente preocupada se pregunta porque tal criminal sale libre apenas unas cuantas horas de capturado y la respuesta está en la relatividad, todo cuanto se diga puede ser, porque “depende de...”, y para que el ambiente sea aún más nebuloso, hay verdaderos profesionales en la fabricación de humo que actúan magistralmente, finalmente la verdad construida es una caricatura de lo que todos intentaron posicionar como verdad, ante tal ausencia de verdad, el criminal sale con las pilas cargadas para sus nuevos actos, pero ahora con un poco más de experiencia en estas materias de la relatividad.

Con los encapuchados pasa algo similar, ¿quién podría ser?, ¿el ratón Mickey? como dice la canción de Los Prisioneros, la mano del pueblo como claman otros, ¿nuestro vecino?, todos pueden ser, todo es posible, todo está dentro de las posibilidades en este relativismo oscuro.

El relativismo nos acompañará un largo tramo del recorrido de nuestro derrotero como humanos, en algunos campos sienta bien, es bien recibido porque derrumba viejos axiomas y costumbre absurdas, en otros permite recibir con cierta admiración algunas posturas que de otra manera no tendrían cabida, como el caso de un conocido pintor que al parecer nunca aprendió a dibujar, y menos a pintar, total, es relativo saber dibujar. Hoy sus cuadros se venden bastante bien.

Pienso desde mi modesto rincón que para tener algún control sobre el relativismo imperante, al menos cuando afecta la sociedad en hechos de sangre y violencia, podríamos intentar agregar a los procesos que buscan atisbar la verdad algunos pequeños gramos de buena voluntad, porque el resto, el resto es todo relativo.

lunes, 6 de agosto de 2012

POBREZA, TERRIBLE POBREZA

Estos días han salidos los resultados de ciertos instrumentos que miden los niveles de pobreza en Chile, y como siempre, hay disputas verbales entre gobierno y oposición, lo de siempre, unos dicen que la pobreza bajo y otros dicen que la pobreza subió, en fin, el rollo continúa sin agotarse, pero lo importante es que la pobreza sigue allí.

La pobreza en Chile no es materia abstracta, está a la vista de todos, es una condición casi natural para muchas personas, nacieron así, han vivido así, y normalmente piensan que terminaran sus días así. La pobreza termina por transformarse en una compañera fiel, pero pide a cambio vivir en ciertas condiciones que terminan por construir un metamundo alrededor.

A pesar que han habido grandes pensadores que han enviado flores a la pobreza, ellos mismos nunca fueron pobres, por ejemplo, el poeta y escritor estadounidense Emerson decía que “el hombre más grande de la historia- presumiblemente refiriéndose a Jesús-, fue pobre” , y claro puede ser, pero son más claras las palabras del escritor Inglés Sydney Smith , al afirmar que “ La pobreza no deshonra a nadie, pero es horriblemente molesta”




El metamundo de la pobreza está lleno de límites, limites que se construyen solos y de los cuales es imposible hacer un traspaso sin sentirse fuera de contexto. La pobreza de alguna forma modela el modo de hablar, de vestirse, de vivir, de ser. Es claro que en Chile no hay castas sociales pero la pobreza viene graciosamente a ayudar a etiquetar y disociar la sociedad.

Los esfuerzos que hacen los gobiernos por superar la pobreza, si se les da crédito, deberían funcionar, y en realidad sacan a personas de la pobreza pero hay ciertos grupos sociales en las cuales la lucha parece realmente perdida.

Si hay algo claro es que la pobreza sólo engendra pobreza, y ese parece ser el caso en Chile, la pobreza crece y crece porque cada día nacen niños en el ambiente de la pobreza, y si hacemos caso a las últimas informaciones del actual gobierno, la pobreza está radicada en madres jóvenes y en sus hijos, una pobreza triste, desvalida y terriblemente dura.

¿Estaremos condenados a quedarnos fatalmente en el mismo escenario de la pobreza por siempre?, este es uno de los cuestionamientos que exige una respuesta negativa, no, no podemos quedarnos en el mismo escenario, hay mucho sufrimiento allí, pero ¿ qué hacer entonces?.

He pensado sobre este tema, me ha salido humo del cerebro buscando respuestas, algo impulsado por un proyecto de investigación que realizo en el área del urbanismo, y también algo impulsado por mi humanismo, pienso en esas personas atrapadas y parece ser que las respuesta a la solución de este azote siempre ha estado allí, siempre se ha sabido, no se requiere descubrir la pólvora en este caso.

Creo firmemente que una de las claves para salir de la pobreza esta encriptada en unas frases que escuché hace tiempo en una canción de los Prisioneros, un grupo ochentero nacional, “ ...a otros enseñaron secretos que a ti no...”, esto quiere decir que hay conocimientos que no se tienen, conocimientos básicos que se requieren y que sólo pueden llegar por la vía de la educación, Manuel Belgrano, un patriota argentino dijo alguna vez “ Sin educación es en balde cansarse, nunca seremos más de lo que desgraciadamente somos”.

La única salida de la pobreza es la educación, no hay otra puerta, no hay otra salida, la educación es en realidad el antónimo de la pobreza, y se debe hacer llegar como el agua, a todas partes, a todos los rincones, y aún a los rezagados, los que tienen el alma enferma de pobreza, se les debe dar educación en sus lugares de postración.