lunes, 9 de enero de 2017

Señales





Probablemente para los índices de longevidad que muestran los países desarrollados, el cantante George Michael , Γεώργιος Κυριάκος Παναγιώτου, se murió muy luego, y con él una porción de la realidad que me ha tocado vivir, en este caso la musical.

Reflexionando con “ Monkey ” de fondo, repaso como se ha ido la vida, como se ido gastando ese capital inaprensible e incomprensible que algún día me regalaron, y la música que escucho me recuerda que con el cantante una suerte de entorno sensible se va, se fuga en medio de la desazón a alguna parte o quizás a la nada, y como en tantas otras despedidas esta también se convierten en mi mente en signos de interrogación. Con los devaneos musicales y temporales que surgen de la canción “Kissing A Fool “, me doy cuenta que lo que se va es mi tiempo y los que se despiden son mis coetáneos en el tiempo, aquellos que respiraron cuando yo también respiraba, todos en algún momento respirábamos, con aquellos que ya se fueron mirábamos los mismos instantes del sol, la luna y las estrellas, y también con ese cantante, en la antípodas por cierto, pero en una lejanía relativa que al fin y al cabo nos juntaba en este planeta esférico, y en el mismo tiempo.

Somos polvo en el tiempo decía otra canción de mis años mozos, y claro, somos polvo en el tiempo y también polvo de estrellas, unas partículas infinitesimales de materia que se despiertan a la conciencia en algún lugar del tiempo, para darse cuenta a los pocos años que el juego un día se acaba, pero antes de que ello ocurra se reciben señales para que te prepares, eso me dice la canción “Hard Day” ahora.

En realidad uno nunca se muere solo, se muere con muchos otros que te van dejando señales en el camino, en el medioambiente, para decirte que te prepares y que el decorado de todo estas escenas que observastes y escuchastes se empiezan a desmontar. Con la muerte de cada uno de ellos, familiares, amigos, conocidos, figuras de tu tiempo se muere algo dentro del ser, y tu mente empieza a sospechar que quizás es tiempo de cosecha para otra generación.

Tengo la sensación que los pocos escritos que he realizado son eso, pocos escritos, quizás haya que dejar más huella, al fin y al cabo ese parece ser un acto de rebeldía ante el tiempo que insiste en seguir adelante, como un tren loco que en algún momento descarrilará, es sabido que algunos se la juegan por una posibilidad de escape generando una huella gigante, un relieve indeleble destinado a dialogar con el futuro, una suerte de inmortalidad precaria, eso hizo este cantante griego que ahora canta “A Last Request”.

Termino estas reflexiones sobre mi tiempo intentando visualizar alguna señal positiva que tranquilice mi mente, intento ver algo en el camino, reconocer alguna figura en la lejanía, porque comienzo a incomodarme, sospechando que el camino tiene demasiadas señales para estar tranquilo.

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