lunes, 8 de mayo de 2017

La Grieta




Escuchaba con atención un comentario de Tomás Mosciatti en la televisión y una de las ideas que expuso me dejó pensando por un largo rato, la idea es en realidad del periodista argentino Jorge Lanata, un conocido crítico de los Kirchner y considerado un sagaz expositor de la realidad de su país, la idea es la Grieta.

Sucede que en todas las sociedades, especialmente en la latinoamericana existe de facto una grieta, una separación profunda en la forma de concebir la vida social, económica y política del país entre dos sectores, es decir son bordes opuestos, en algunos casos la grieta es tan profunda que es imposible siquiera sugerir un puente, el caso Venezuela.

A veces nos engañamos nosotros mismos y pensamos que en las sociedades más avanzadas la grieta es muy fina, una suerte de fisura apenas notoria, pero en realidad hay también en esas sociedades una grieta profunda, lo demostró la elección de Trump en los Estados Unidos, y ha quedado clara en las últimas elecciones en la vieja Europa.

La grieta se puede visualizar en cualquier encuentro en que se invite a “dialogar” a políticos representativos de ambos lados de la grieta, es un diálogo de sordos, nadie se da la más mínima oportunidad de escuchar al otro, simplemente se repite un mantra una y otra vez hasta que termina el programa. Lo extraordinario del caso es que posterior al encuentro normalmente se dan la mano y posiblemente terminen tomando un café en los pasillos de la estación televisora o la radio y hablen de sus hijos, nietos o las próximas vacaciones, en el fondo son actores.

La grieta no sólo se encuentra al interior de las sociedades, sino que entre ellas. Los frágiles puentes que aún nos mantienen vivos en un mundo que puede ser potencialmente destruido varias veces, nos grafican el horror de lo que esto significa, cada día las grietas locales y globales se hacen más profundas y distantes en sus lados, tendiendo a distanciarse y profundizarse tanto que llega un tiempo de desconocimiento entre hermanos y paisanos, un tiempo de distancias y alineación.

Pienso que los discursos que construyen y profundizan la grieta son producto de una abstracción brutal de lo que las sociedades son, y han sido, porque el fenómeno no es nuevo, están basados en unas construcciones intelectuales de personas y grupos que fueron o son incapaces de comprender las variables que juegan en el mundo real, es decir son caricaturas del mundo real.

La grieta en nuestro país tiene a profundizarse, Mosciatti instigó a un sector en particular en su programa, pero en rigor la grieta se construye a partir de la separación en direcciones opuestas, con igual fuerza, con igual tendencia a demonizar al sector contrario. La grieta es peligrosa para la convivencia pacífica colectiva porque no es una cuestión estática como puede desprenderse de la figura que postula Lanata, al abrirse más y más libera ventarrones de odio que tienden a convertirse en tempestades, y luego en noches oscuras donde aparece toda la miseria humana.

No sé cómo se puede hacer pensar a quienes lideran esas fuerzas disociadoras de la sociedad que generan las grietas, esos trabajadores (muchas veces pagados por nosotros) están tan ocupados entrenándose en discursos pre-formateados que repiten en cacofonías interminables, parece imposible que puedan aprender algo nuevo y desaprender, en especial esto último, desaprender, al fin y al cabo actuamos como lo hacemos porque aprendemos a hacerlo así, a pensar de determinado modo porque otros nos lo hacen ver así, así lo aprendemos y así creemos que es la compleja realidad, un absurdo. Ante la remota posibilidad de desaprender, ¿quién lo puede hacer?, ¿quién puede ver de improviso campos perfumados de vida donde otros sólo ven campos yermos y hedor?.

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